El ejercicio, igual de efectivo que los fármacos para reducir la mortalidad ante muchas enfermedades (y con mayores beneficios)

El ejercicio puede ofrecer variedad de efectos positivos a nuestro organismo, sobre todo si se realiza de forma regular y adaptado a nuestras particularidades. Sin embargo, cada vez son más los fármacos que se utilizan ante diferentes condiciones y crece el número de personas sedentarias. Para demostrar que esto debería cambiar la evidencia científica señala que el ejercicio es igual de efectivo para reducir la mortalidad que los fármacos ante muchas enfermedades y ofrece otros beneficios a la salud.

Fármacos vs. ejercicio: éste último podría ser más ventajoso

Un metaanálisis que incluyó diferentes ensayos y reunió en total a más de 300 mil participantes, comparó el efecto de los fármacos y el ejercicio en la reducción de la mortalidad tras un accidente cerebrovascular (ACV), enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca y prevención de diabetes.

Los resultados muestran semejante efecto del ejercicio y los fármacos sobre la mortalidad ante enfermedades como las antes mencionadas, lo cual nos invita a reflexionar por qué seguimos eligiendo en muchos casos estos últimos.

El ejercicio además de poder tener similar efecto que los fármacos en la reducción de la mortalidad cuando ya tenemos una patología o lo que es igual, para la prevención secundaria para retrasar el avance de una enfermedad o controlar la misma, tiene muchos otros beneficios para ofrecer.

En primer lugar el ejercicio puede ser mucho más accesible, barato y sin efectos adversos que las drogas utilizadas para el abordaje de las enfermedades. Asimismo, el ejercicio puede ayudarnos a mejorar la calidad de vida al impactar positivamente sobre la salud metabólica y ayudarnos a reducir el riesgo de sufrir otras patologías a futuro.

Sobre nuestro estado de ánimo, la salud emocional y mental el ejercicio también puede resultar beneficioso cuando tenemos una enfermedad, mientras que los fármacos son costosos, pueden implicar efectos adversos y no servir más que para producir efectos concretos ante determinadas patologías.

Por todo esto, es momento de reflexionar acerca del ejercicio no sólo para prevenir sino también para controlar enfermedades, como parte de su tratamiento o para reducir consecuencias de diferentes condiciones sobre la mortalidad.

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