Siempre hemos asociado el peligro de hipertensión con una dieta alta en sodio, pero a lo mejor es el momento de ampliar o aclarar este concepto, ya que ahora sabemos que el azúcar es el enemigo nº1 en riesgo de hipertensión.
Hasta ahora el método más general y popular, para combatir la hipertensión, era moderar el consumo diario de sal en nuestra dieta. Pues bien, parece ser que la clave no radica ahí, ya que los beneficios parecen ser relativamente pequeños, sino en el control del consumo de azúcar añadido.
¿Qué sabíamos hasta ahora?
Lo que conocíamos hasta ahora era que los factores de riesgo en problemas de hipertensión arterial venían de la mano de antecedentes familiares, el tabaco, la edad y un elevado consumo de sal.
Sabíamos que todos estos factores y en especial el del elevado consumo de sal, en el 70% de los casos a través de alimentos procesados, provocaban una retención de líquidos en nuestro cuerpo y un aumento de la cantidad de sangre, dando lugar a una mayor presión sobre las arterias.
Fruto de estos datos, y achacando la mayor parte del problema de hipertensión al consumo de sal, se ha recomendado que la ingesta de sodio diaria esté entre los 3-6g diarios, para prevenir problemas cardiovasculares y renales.
Pero a raíz de recientes estudios, parece ser que lo que hasta ahora sabíamos sólo era la punta del iceberg. Claro está que un elevado consumo de sodio, por encima de las cantidades diarias recomendadas, va a influir negativamente sobre el riesgo de tensión arterial; pero hay otros factores, como el azúcar, que están más directamente relacionados con este problema.
Cuidado con el consumo de azúcar añadido
Según la investigación, un alto consumo de sacarosa va a estar directamente relacionado con un aumento de la tensión sistólica y de la presión arterial diastólica. El estudio se ha llevado a cabo con ensayos superiores a las 8 semanas, de modo que las personas que sobrepasan un consumo del 25% de calorías de azúcar van a tener un riesgo tres veces mayor de morir por enfermedad cardiovascular.
Además, un elevado consumo de fructosa (monosacárido que forma parte de la sacarosa), mayor de 25g/día, disminuye la concentración de óxido nítrico (compuesto que ayuda a dilatar venas y arterias), aumenta la frecuencia cardíaca, la resistencia vascular y propicia la retención renal de sodio.
Como veis, el azúcar ya lo podemos considerar un enemigo nº1 no solo en problemas de obesidad y sobrepeso, sino a la hora de elevar la presión arterial y nuestra demanda de oxígeno miocardio.
Según autores del estudio Open Heart declaran:
"Es hora de que los comités que crean las directrices desvíen la atención de la sal y pongan mayor atención al aditivo alimentario probablemente más relevante: el azúcar.
"Una reducción en el consumo de azúcares añadidos, sobre todo fructosa, y particularmente en las cantidades y contextos de variedades fabricadas industrialmente, no solo ayudaría a frenar las tasas de hipertensión, sino también podría ayudar a abordar los problemas más amplios relacionados con la enfermedad cardiometabólica. "
Toma precauciones...
Hace un tiempo ya os hablamos sobre algunos consejos o pautas a la hora de reducir el consumo de sal diario: evitar salsas, no tener saleros en la mesa, sazonar con especias sustitutivas, etc... pero ahora sabemos que aún más importante es controlar la cantidad de azúcar que tomamos.
Desde plataformas como Action on Sugar, presente en EEUU y Reino Unido y que estudian el riesgo de un elevado consumo de azúcar, nos hacen partícipes de la cantidad de azúcar añadido que se toma en productos cotidianos, como por ejemplo, una simple lata de tomate (300g/4 cucharadas de azúcar) e incluso en productos clasificados, un poco engañosamente, como desnatados o 0%, y que sin embargo contienen altas concentraciones de azúcar añadido.
Tomar alimentos frescos y evitar, en la medida de lo posible, el consumo de productos industrializados y procesados, fuente principal de altas concentraciones de sodio y azúcares añadidos, va a ser el primer paso para conseguir una buena salud cardiovascular.
En una próxima entrada hablaremos un poco más acerca de algunas estrategias y factores a tener en cuenta para conseguir prevenir y tratar el problema de la hipertensión.
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Fuentes bibliográficas:
1.- ncbi. | Dietary sugars and cardiometabolic risk: systematic review and meta-analyses of randomized controlled trials of the effects on blood pressure and lipids.| From the Departments of Human Nutrition (LATM, AJH, RMJ, and JM) and Medicine (JM), the Riddet Institute (LATM, AJH, RMJ, and JM), and the Edgar National Centre for Diabetes and Obesity Research (LATM and JM), University of Otago, Dunedin, New Zealand.| JUL, 2014
2.- Openheart | The wrong white crystals: not salt but sugar as aetiological in hypertension and cardiometabolic disease | Department of Preventive Cardiology, Saint Luke's Mid America Heart Institute, Kansas City, Missouri, USA 2Department of Family and Social Medicine, Albert Einstein College of Medicine, Montefiore Medical Center, Bronx, USA | 2014
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