En Vitónica hemos tratado en diversas ocasiones el tema del Mal de Alzheimer, entre otros motivos, porque una de cada dos personas está relacionada directa o indirectamente con la enfermedad y porque los hábitos saludables tienen mucho que decir, sobre todo en la prevención de la enfermedad de Alzheimer.
En la actualidad estamos esperanzados en cuanto al tratamiento y posible cura de esta enfermedad, pues hay investigaciones que han realizado avances prometedores en este sentido.
¿Cuál es la causa del Alzheimer?
Ese es el gran problema, y lo que dificulta enormemente el desarrollo de tratamientos y medicamentos. En la actualidad, no conocemos la causa real del Alzheimer. Conocemos estructuras que se modifican, el diagnóstico se realiza por los síntomas que presenta la persona, se realizan estudios post mortem para detectar anomalías y zonas dañadas...
La presencia de placas de proteínas del tipo beta-amiloide (que no deben estar en el cerebro) parece ser uno de los principales responsables de las pérdidas de capacidades mentales, pero todavía no está claro por qué se forman dichas placas. No obstante, hay potentes líneas de investigación y tratamiento en este sentido.
Tratamientos actuales contra la enfermedad de Alzheimer
Existen medicamentos que se emplean sobre todo en fases iniciales, con un deterioro leve de las funciones mentales. Estos medicamentos ayudan, en ocasiones, a paliar algunos síntomas de la enfermedad, pero no hay ninguno que sea eficaz para detener o reducir la progresión del Alzheimer.
Además del tratamiento médico, se emplean tratamientos multidisciplinares: ejercicio físico, estimulación cognitiva, entrenamiento y mantenimiento de las actividades de la vida diaria, tanto las básicas (aseo, alimentación, vestido...) como las instrumentales (manejo del teléfono, manejo del dinero, mantenimiento de relaciones sociales...).
Nuevos tratamientos contra el Alzheimer
En la actualidad estamos esperanzados por diversas líneas de investigación, que han centrado su objetivo en actuar contra las placas de proteínas que se han detectado en estos pacientes y que no deberían estar ahí. Hay experimentos en animales en los que se ha eliminado esas placas empleando ultrasonidos, con buenos resultados en ratones.
Y si pasamos a humanos, existe un medicamento que ya se está probando en ensayos clínicos mediante un estudio que se está llevando a cabo en diversos países (España entre ellos). Es un medicamento que también busca eliminar las placas de protenína beta-amiloide.
¿El problema? Bueno, problemas en realidad: que todavía no tenemos claro qué es lo que provoca que estas proteínas se acumulen en el cerebro. No sabemos si esta es la causa, o bien es consecuencia de otra situación que desconocemos.
Por lo tanto, estos medicamentos pueden estar tratando el Alzheimer, o bien puede que las placas sea solo un síntoma, pero puede haber otros problemas a los que hacer frente, para evitar la formación de placas en lugar de destruirlas cuando ya han aparecido (y, probablemente, causado daños).
Otro problema evidente: Aunque los resultados de estos nuevos tratamientos son positivos, es probable que todavía nos quede tiempo para tener un tratamiento eficaz, tanto a nivel preventivo, como curativo.
¿Por qué se insiste tanto en la prevención del Alzheimer?
Por lo que hemos dicho en el primer párrafo: el Alzheimer afecta a las personas de manera directa (sufriendo la enfermedad) o de manera indirecta: como cuidador, familiar, amigo... de una persona que padece Alzheimer. Además, el comienzo de la enfermedad se estima que se produce con una fase silenciosa, que puede iniciarse unos 15 o 20 años antes de que aparezcan las primeras manifestaciones.
Aunque, por ahora, no se ha encontrado que en fases avanzadas de una demencia el ejercicio físico pueda suponer beneficios a nivel mental, sí que se ha encontrado que las personas físicamente activas tienen también un cerebro más activo, menos dañado. El sedentarismo y la falta de estimulación influyen no solo en el cuerpo, sino también en la mente.
Mantener hábitos saludables y de actividad física estimula también el mantenimiento de relaciones sociales y huir de hábitos tóxicos como el alcohol y el tabaquismo, que sabemos que influyen negativamente en múltiples sistemas de nuestro organismo. La adecuada alimentación también repercute positivamente en el estado general.
¡Ojo! No estamos diciendo que hábitos saludables y buena alimentación sirvan en todos los casos para prevenir problemas a nivel cognitivo, como la Enfermedad de Alzheimer; lo que decimos es que tener hábitos saludables, preferiblemente durante el mayor tiempo posible, ayuda a que el cuerpo (y el cerebro, como parte del cuerpo) lleguen en buenas condiciones para afrontar los problemas que puedan venir.
Sobre todo a nivel preventivo y en fase leve sí se ha encontrado que los hábitos saludables de alimentación y ejercicio son beneficiosos a nivel mental.
Y si hablamos de las personas que no padecen, pero sufren de cerca el Alzheimer, como son los cuidadores, tenemos que resaltar que buenos hábitos de ejercicio, alimentación y apoyo social son fundamentales para lidiar con la carga física, mental y emocional que supone cuidar a un ser querido que sufre esta enfermedad.
Por todo ello desde Vitónica esperamos con ilusión los avances que se produzcan en el campo de la prevención y tratamiento, y os animamos a emplear las herramientas que tenemos en la actualidad y que nos ayudan a mantener la calidad de vida durante más años, como son los citados hábitos saludables. Mens sana in corpore sano. Una máxima que jamás caduca.
Imágenes |Kunertus y Andrea Danti y Eldar Nunkovic en Shutterstock (con derechos de autor)
Más información sobre la enfermedad de Alzheimer | CEAFA | Fundación Pasqual Maragall
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