Después de haber hablado en el post de ventajas e inconvenientes de entrenar sólo o acompañado, leyendo los comentarios uno de los temas que se referencia en más ocasiones es la técnica. Ya sea por entrenar sólo y no tener suficientes conocimientos, o por no prestar atención (ya sea sólo o en grupo), progresar en el entrenamiento con una mala técnica es arriesgado, tanto desde un punto de vista de la salud como del rendimiento.
Con una mala técnica, la progresión es posible, pero peligrosa, puesto que existen riesgos evidentes de lesionarse por no ejecutar los movimientos correctamente, o bien de no aprovechar el entrenamiento de forma adecuada.
Algunos errores comunes al progresar con mala técnica
cargar más peso del que se debe, lo que obliga a cometer diferentes fallos para movilizarlo, como compensar con el resto del cuerpo, arquear la espalda, forzar músculos y articulaciones más allá de lo debido.
Otro error frecuente es no realizar adecuadamente el movimiento, con lo que, o bien no estaremos trabajando las fibras musculares como debiéramos, o bien podemos estar sobrecargando la articulación, o forzando el músculo en exceso.
También es habitual ver errores en el manejo de los discos, barras y mancuernas en el momento de trasportarlos o montarlos: se carga demasiado peso para no tener que desplazarse más, se levantan o dejan en el suelo forzando la espalda, o se dejan caer (con el evidente riesgo de caer sobre el pie de alguien), etc.
Cargar muy poco peso también es un error. Todos hemos visto a esa persona que hace el circuito de máquinas y no pone más de dos discos de peso, o sólo usa las mancuernas más pequeñas o la barra libre. Eso está muy bien si es para aprender la técnica pero, cuando los ves dos meses seguidos igual, ves que hay algo que falla. En ocasiones el trabajo es tan ligero que se aprovecha para hablar o usar el móvil durante la repetición del ejercicio. ¿A que lo habéis visto?
Salud y rendimiento: peligros de tener una mala técnica
Además del ya comentado riesgo de lesión, el hecho de ir progresando en el gimnasio descuidando la técnica puede dar lugar a evidentes problemas en el rendimiento: el cuerpo no está trabajando en todo su potencial por lo que, aunque se maneje más peso, el trabajo es menor que si se levantara una carga más livana de forma correcta.
Las compensaciones provocan engaño, ya que todo el cuerpo, las piernas, o la espalda están haciendo fuerza para realizar un ejercicio por ejemplo de brazos, con lo cual los brazos lógicamente progresan menos que si se trabajan de forma específica. Otro riesgo es el de provocar descompensaciones musculares: por ejecutar los ejercicios de forma asimétrica, se puede estimular el desarrollo muscular más en un lado que en otro.
Todo este tipo de fallos se solucionan de forma sencilla aprendiendo bien la técnica del ejercicio. Para ello es necesario ejecutarlo sin peso, o con muy poca carga, hasta que el movimiento esté controlado.
Otra opción muy útil es pedir ayuda al monitor del gimnasio, tanto para que te enseñe el ejercicio como para que te corrija cuando llevas un tiempo haciéndolo por ti mismo. Por supuesto también es válido que un compañero sea el que corrija los fallos durante la ejecución: es una de las ventajas que se decía en el artículo sobre entrenar acompañado.
Imagen | Isolethetv
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