Ser sedentario tiene inconvenientes por todos lados, además de ser más propensos a padecer enfermedades crónicas, a nivel físico disminuye la fuerza y la flexibilidad, algo que es básico no sólo para el deporte, sino para los gestos de la vida diaria.
Si no hacemos nada en todo el día nuestros músculos perciben que no son necesarios, y por tanto se hacen más pequeños, perdiendo fuerza. Y otro tanto ocurre con la flexibilidad, la falta de movimientos con amplitud hace que las fibras de colágeno y elastina se deshidraten y se entumezcan pegándose unas a otras, perdiendo gran parte de la movilidad de la articulación.
Una simple caminata diaria con ejercicios básicos de flexibilidad puede evitar esto. Tan sólo 20 minutos al día pueden hacer que la calidad de nuestros movimientos no disminuyan y envejezcamos prematuramente desde el punto de vista físico.
Sin duda la mejor solución es buscar uno o varios deportes que nos gusten y practicarlos semanalmente. Cualquier deporte requiere de fuerza y flexibilidad y nos protegerá de cualquier pérdida por sedentarismo. Hacer el conveniente calentamiento, más el deporte en cuestión y la vuelta a la calma es el estímulo que nuestro cuerpo necesita para no perder fuerza ni flexibilidad.
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