Y es que alguna vez nos ha pasado (imagino que a ti también) que después de pasar un buen fin de semana recorriendo la montaña, el lunes nos levantamos con un dolor agudo en la parte anterior de la tibia que nos molesta al subir cuestas o escaleras.
Comentaba hace unos días que esto se llamaba síndrome compartimental del tibial anterior y que era producto de la inflamación de este músculo en un espacio pequeño (el suyo, por anatomía, lo es). Pero esto no significa que no podamos evitarlo.
Hay tres consejos que podemos seguir para prevenir esta molestia, sobre todo si el desnivel que presenta el recorrido es alto.
Descansar cada quince minutos (durante uno o dos) mientras hacemos estiramientos de cuádriceps y tibial anterior. Ya sabes, doblando la rodilla y llevando el talón hacia la nalga y el pie hacia atrás.
Mantener una buena hidratación (sobre todo si hace calor) bebiendo en pequeñas cantidades pero de forma frecuente, antes de que aparezca la sensación de sed.
Al llegar a casa, date una ducha utilizando en la mitad agua fría sobre las piernas para facilitar la circulación y la recupueración muscular.
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