Entrenar y beber mucho alcohol esa misma noche no es una buena idea

Y con esto no estamos diciendo que salir por la noche y tomarse alguna copa sea malo y poco saludable, en su justa medida todo está bien. El problema es entrenar esa misma tarde y por la noche ingerir una buena cantidad de alcochol, ahí es cuando castigamos realmente al cuerpo y desde luego, nos costará mucho más trabajo seguir avanzando en nuestros entrenamientos.

Después de un entrenamiento, sobre todo si este ha sido de gran intensidad, el cuerpo necesita descanso y alimento. La hidratación y el reponer las reservas energéticas no es un proceso que se de in situ al beber agua o comer, el cuerpo necesita su tiempo para asimilar nutrientes e incorporarlos al organismo. El alcohol es un potente diurético, lo que va a hacer que perdamos agua, por eso no es buena idea beber alcohol después de entrenar, la deshidratación va a ser notable.

Contando con que estamos en parte deshidratados después del entrenamiento y que metemos alcohol para deshidratar más, el castigo al cuerpo será grande y a la mañana siguiente podemos sentir esos efectos con fuerte dolor de cabeza, sequedad bucal e incluso calambres musculares. Sin contar con que vamos a estar gran parte del día con la botella al lado y sin apenas poder hacer nada.

Por tanto ir al gimnasio el viernes por la tarde y luego salir a hacer botellón o beber muchas copas no es lo más adecuado, más si estás buscando aumentar el rendimiento, ya sea corriendo o haciendo pesas, porque el alcohol es un impedimento (aunque pasajero) para poder seguir avanzando

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