La edad avanzada no provoca pérdida de musculatura: es el sedentarismo

Tradicionalmente se ha asociado el llegar a una edad avanzada con una serie de pérdida de capacidades, ya sean deficiencias sensoriales y también pérdida de agilidad, movilidad y fuerza. No obstante, una vida activa ayuda a llegar a la tercera edad mantieniendo buenas capacidades, y es que <strong>es el sedentarismo y no la edad lo que provoca pérdida de la musculatura</strong> y ocasiona grandes problemas de disminución de las capacidades funcionales.

Cumplir años y llegar a una edad avanzada lógicamente va a suponer una pérdida de ciertas habilidades, pero se va demostrando de forma reiterada que el sedentarismo provoca pérdida de musculatura, no la edad avanzada por sí sola.

Muy en la línea de lo que ya comenté en un artículo sobre que la inactividad y no la edad es lo que más limita, donde coloqué el enlace a una gimnasta de 86 años realizando un ejercicio realmente brillante, hago referencia ahora a un estudio sobre cómo el ejercicio ayuda a mantener la musculatura en personas de edad avanzada (el enlace está en inglés).

Un estudio interesante

Dicho estudio, de forma muy resumida, lo que hace es tomar como muestra a un total de 40 atletas (20 hombres y 20 mujeres) mayores de 40 años y que se han mantenido con una actividad física intensa. Las edades de los sujetos oscilaban de los 40 a los mayores de 70 años, dividiendo en 4 tramos de edad (40-49, 50-59, 60-69 y más de 70 años) y seleccionando a 10 sujetos para cada tramo. Como digo, la característica de todos ellos es que eran personas deportistas que seguían entrenando a un ritmo intenso, incluso a pesar de su edad.

Resumiendo mucho el artículo (y cometiendo por ello alguna imprecisión) los resultados que arroja el estudio es que la masa muscular de estos atletas se conserva, incluso en edades avanzadas. Comparando con personas sanas de edad similar, se observa que los atletas tienen un volumen muscular mucho mayor, mientras que en la persona sana, pero con vida sedentaria, el volumen muscular está muy reducido, con un aumento notable del tejido graso.

La creencia tradicional parecía señalar que la edad avanzada provoca pérdidas funcionales, aparecen rigideces articulares, acortamientos musculares, disminución del volumen muscular así como de la capacidad de aumentar el tamaño de los músculos, acúmulos grasos de mayor tamaño… No obstante todas estas circunstancias no son simplemente culpa de la edad, sino que el sedentarismo, hábitos poco saludables e ir cumpliendo años de una forma poco activa es lo que genera las limitaciones.

Se puede llegar a edad avanzada con un buen estado físico, solo que es sacrificado de conseguir, ya que la prevención debe hacerse desde ya (dieta sana, ejercicio físico, hábitos saludables) y mantenerla durante toda la vida. No obstante, es un precio pequeño que pagar por mantener la autonomía y capacidades durante el mayor tiempo posible, ganando en calidad de vida para los años en que más se necesita.

Ejercicio físico: la mejor prevención

Lo que dice el estudio no es ninguna gran revelación. Se podía ver de venir, pero tampoco estaba tan claro, pues es cierto que muchas veces la idea generalizada es que la edad por sí sola provoca limitaciones. Parece que hay que resignarse y vivir con ellas como se pueda. Este tipo de estudios pueden ayudar a cambiar esta mentalidad, al hacernos ver nuestro papel activo en el mantenimiento de nuestro estado de salud.

El estudio está hecho con atletas, pero qué duda cabe que el ejercicio físico regular (aunque no sea el entrenamiento intenso de un atleta) ayudará a mantener no solo la musculatura, sino las cualidades que se suelen perder con la vida sedentaria: equilibrio y coordinación. Un buen nivel físico, además de ayudar a que el organismo sea más resistente a ciertas patologías, ayuda a dar independencia a la persona, incluso en edades avanzadas.

En la sociedad en que vivimos, por ejemplo, en España, donde la tendencia es al envejecimiento de la población, el uso de medidas preventivas sencillas pero eficaces, como el inculcar hábitos saludables y estimular a que la población se habitúe a tener un estilo de vida activo y saludable, ayudará no solo al bienestar físico, sino también al económico, ya que una población que envejece de forma saludable mantendrá durante más tiempo la independencia y no necesitará tanto los servicios de salud o ayudas económicas a la dependencia.

Lo miremos por donde lo miremos, son todo ventajas. Es cierto que hay que hacer un sacrificio para mantenernos siempre activos, pero un reto donde todo lo que podemos conseguir es positivo merece la pena ser tenido en cuenta.

Más información | Estudio original (en inglés)

Imagen | Ian Ransley

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