Sabemos que los patrones de sueño inadecuados guardan correlación con la obesidad, pero la ciencia no puede argumentar de forma tajante el por qué de esta relación.
En un estudio se pudo comprobar que la ingesta de grasa es mayor en aquellas personas que tienen menos horas de sueño. Se pudo afirmar que efectivamente la ingesta de grasa y de hidratos de carbono aumenta con la disminución de las horas de sueño.
No obstante, la ingesta de proteínas o los niveles de glucosa en sangre no estaban relacionados con las horas de sueño a diferencia de las grasas e hidratos de carbono.
En el estudio se evaluó información de alrededor de 3000 personas. En Estados Unidos la media de sueño en 1960 era de 9 horas diarias, la cual disminuyó a 7 horas diarias en 2009.
La disminución de las horas de sueño en estas últimas decadas ha acompañado de forma simultánea al drástico incremeneto de obesidad. La obesidad no es la causa de la falta de sueño, pero si es cierto que no dormir de forma adecuada puede ser un factor de riesgo más para padecer obesidad o sobrepeso.
Referencia I International Journal of Obesity, 32: 1835-1840, 2008)
Imagen I Smath.