En ocasiones surge la duda de si el ejercicio físico es saludable durante el embarazo o si podrá llegar a ser peligroso para el bebé y la madre. La realidad es que mantener cierta actividad física durante el embarazo tiene numerosas ventajas. Y no solo el ejercicio aeróbicos moderado, sino que los entrenamientos de fuerza también los tienen.
Lo cierto es que, normalmente, a las futuras madres se les recomienda hacer unos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada a la semana. Esto ayudaría a que el incremento de peso que hagan sea no excesivo y saludable. Además, ayuda a controlar la glucosa, el control cardíaco o la eficiencia de la placenta. Pero parece que el ejercicio físico durante el embarazo no es beneficioso únicamente para la persona embarazada, sino también para el bebé.
Un estudio realizado recientemente encontró que el ejercicio físico realizado por la futura madre también ayuda a controlar y optimizar el peso del feto. Y no solo eso, sino que ayudaría a prevenir el exceso de acumulación de grasa en el bebé y mantener su masa muscular.
Según datos de estos investigadores, las mujeres embarazadas son menos activas y más sedentarias que la población general. Al rededor del 70% de las mujeres son sedentarias y esta baja actividad aumenta durante el embarazo, pudiendo provocar la creación de mayor tejido adiposo en el feto.
La realidad es que, según datos de estudio, muchas mujeres indicaban ser conscientes de la recomendación de realizar cierta actividad física, pero no sabían qué tipo de ejercicios tenían que hacer, con cuanta frecuencia y con qué intensidad.
Ejercicio durante el embarazo
Los autores de la investigación encontraron que lo ideal era realizar ejercicio entre moderado e intenso, aproximadamente 150 minutos a la semana y comenzando el primer trimestre de embarazo.
Según sus datos, en mujeres que antes del embarazo no hacían ningún tipo de ejercicio, un entrenamiento entre moderado e intenso desde el primer trimestre ayudaba a aumentar el peso del bebé - evitando un infrapeso peligroso-, rebajaba el porcentaje de grasa y el porcentaje de masa magra. Lo que podía ayudar a la salud cardiovascular del bebé.
En mujeres que ya hacían ejercicio de forma regular antes del embarazo, un entrenamiento entre moderado e intenso desde el primer trimestre, correlacionaba con una reducción saludable del peso del bebé al nacer y con reducción de grasa.
Según estos investigadores, comenzar a hacer ejercicio en el segundo trimestre ya no hacía tanta diferencia en el peso y composición corporal del bebé.
Entre los ejercicios ideales para realizar durante el embarazo están el **pilates o el entrenamiento cardiovascular moderado, como caminar**. Si corrías habitualmente antes de quedarte embarazada, puedes seguir corriendo, siempre que te sientas cómoda y bajo vigilancia médica.
Realizar ejercicio físico y mantenernos activas en esa etapa de nuestras vidas no solo nos ayuda a nosotras a controlar el peso que ganamos -que cuanto menos sea más fácil será perderlo después- sino que nos ayuda a** mantener a nuestro bebé en un peso adecuado**, con bajos niveles de grasa, lo que le ayudará a estar saludable.
Imágenes | Pixabay
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