Después de un entrenamiento intenso, sobre todo si es un ejercicio de impacto, es habitual que se produzcan molestias en las articulaciones o los músculos. Estamos familiarizados con los deportistas, que se ponen hielo en las rodillas y/o tobillos en cuanto salen de la cancha de juego, y eso es porque el hielo después de el ejercicio ayuda a la recuperación.
Al decir hielo me refiero a la aplicación de frío local, ya sean cubitos de hielo, bolsas de verduras congeladas, o mejor, bolsas de frío (cold packs) que se venden en sitios como farmacias,parafarmacias y algunas tiendas de deporte, y que están rellenas de un gel que se enfría en el congelador pero sigue siendo moldeable, con lo que se adapta muy bien a zonas irregulares de las articulaciones, cosas que una bolsa de cubitos de hielo no consigue. De esta forma, aplicando fríoayudamos a mejorar la recuperación.
En deportes o ejercicio intenso que implique saltos, giros, movimientos bruscos, se pueden producir inflamaciones articulares después de la actividad. El frío tiene efecto antiinflamatorio, además de analgésico, por lo que está especialmente indicado para estos casos, sin necesidad de que haya lesión ni ninguna patología en particular.
Como se comentó en el artículo sobre aplicación de frío o calor para aliviar las articulaciones después de una sesión de entrenamiento, se siguen las recomendaciones generales de aplicación del frío local es de 10 a 30 minutos, sin colocarlo directamente sobre la piel (el frío mantenido provoca lesiones cutáneas), y sin dejarlo mucho tiempo de forma continua. De esta forma reducimos el impacto del ejercicio en el organismo, obteniendo un rápido alivio local después del esfuerzo de la actividad física.
Por curiosidad, os pregunto: ¿Soléis usar frío local después de hacer ejercicio?
Imagen | Beatrice Munch
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