Uno de los principales problemas de salud en la vida moderna es la hipertensión, la cual puede conllevar un accidente vascular importante. Por suerte, el deporte puede ser el mejor aliado para combatirla.
Pero, ¿qué deportes? ¿Hay algún tipo de actividad mejor que otra? ¿Es recomendable seguir cierta forma de hacer ejercicio? ¿Cómo mejora nuestra salud con la aplicación del deporte diario? Hoy vemos algunos de estos aspectos y la evidencia existente al respecto.
¿Qué deportes ayudan a bajar la presión arterial?
Antes de nada, es importante entender que la actividad física puede elevar puntualmente la presión arterial. Esto tiene sentido dado que el corazón bombea con más ímpetu para surtir al cuerpo de oxígeno y nutrientes. Sin embargo, en personas hipertensas esta subida podría resultar peligrosa en momentos concretos. Por tanto, en caso de padecer una presión arterial elevada, es importantísimo consultar con un médico, quien podría decidir que es mejor controlarla, primero.
Dicho esto, en unos niveles altos, pero no peligrosos, está más que demostrado que el ejercicio ayuda, en general, a controlar la presión arterial y descender los niveles. No solo esto, también ayuda a mantenerlos a largo plazo. Ocurre tanto con las personas prehipertensas como las personas con hipertensión diagnosticadas.
Entre ellos, tal y como apuntan los estudios, los ejercicios aeróbicos se cuentan entre los más útiles para controlar la hipertensión. Estos, realizados de manera moderada o intensa, son la recomendación médica por defecto. La Organización Mundial de la Salud, así como la Fundación Española del Corazón, que reúne a médicos, profesionales y pacientes relacionados con este tema, recomiendan actividades como bailar, correr, nadar y montar en bicicleta, de 30 a 60 minutos al día y al menos de tres a cinco días por semana.
En general, casi todos los ejercicios aeróbicos, en cantidad suficiente, son la mejor opción para reducir la hipertensión. Entre los más populares está la carrera, por supuesto, pero incluso el senderismo o la marcha pueden ser buenos. Por el contrario, los ejercicios anaeróbicos, la musculación y el entrenamiento funcional se aconsejan con precaución.
¿Qué precauciones hay que tomar en caso de padecer hipertensión?
Además de consultar, en primera instancia, con un médico, normalmente existen algunas prácticas comunes para proteger un cuerpo hipertenso. Lo primero es, indudablemente, tomar el ejercicio físico con mesura y de manera progresiva. Es importante evitar sobreesfuerzos, que resultan peligrosos y del todo inútiles en la práctica deportiva.
Es mejor prevenir y asimilar las cargas de trabajo en el ejercicio con un plan previo, si es posible. Si no, volvemos a insistir en no sobrecargarnos para evitar que nuestra tensión se dispare en un momento puntual. Sobre esta cuestión, volvemos a los ejercicios anaeróbicos: es mejor no hacer ejercicios puramente isométricos o empujar contra un objeto físico.
Estas acciones disparan la tensión rápidamente. Si vamos a muscular es mejor hacerlo de manera progresiva, aunque depende del estado de nuestra presión arterial. Por último, menos directo pero igualmente importante, es conveniente descansar adecuadamente antes y después del ejercicio, mantener una dieta equilibrada y beber mucha agua para mantener unos buenos niveles de hidratación, así como reducir la sal, el alcohol y el tabaco.
Controlar y reducir la hipertensión
La hipertensión consiste en un aumento de la presión arterial. Las arterias suelen endurecerse para soportar una alta presión arterial de manera muy continuada. Aunque puede llegar a provocar algunas complicaciones más graves, como infartos, hemorragias o trombosis, en general, es una patología perfectamente tratable y prevenible. Para hacerlo debemos tener en cuenta algunas ideas básicas, que, de hecho, ya hemos comentado.
Por ejemplo, para modificarla de forma efectiva, las únicas medidas que funcionan son a largo plazo. Entre las primeras están, por supuesto, el perder peso, ya que supone una mejora sustancial en nuestro sistema cardiovascular y metabólico por completo. También ayuda a mejorar la cantidad de grasas que transporta nuestra sangre y el riesgo de sufrir problema cerebrovascular.
En ese sentido, es conveniente mejorar nuestros hábitos alimenticios. Optar por más frutas y verduras, más fibra, más agua, menos grasas, nada de azúcares libres ni procesados, entre otras cosas, es el inicio de una dieta mucho mejor para nuestra salud. Si la cantidad de actividad física es suficiente, perfecto. Pero no está de más considerar aumentarla un poquito.
Por último, es importantísimo para combatir la hipertensión proporcionar a nuestro cuerpo un buen descanso. Esto ayudará al metabolismo y nos alejará de la depresión y otros problemas de origen psicológico. Ni qué decir tiene que el alcohol, la cafeína y otros estimulantes, así como la sal, son malos compañeros si padecemos hipertensión.
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