El insomnio es un problema que padecen muchas personas, y es que se trata de uno de los trastornos del sueño más habituales. Principalmente está asociado a momentos de estrés en los que nos es difícil conciliar el sueño y mucho más descansar, ya que nuestro cuerpo es incapaz de llegar a un momento de relajación tal que nos permita conciliar el sueño. El insomnio es un mal muy habitual en nuestros días, pero recientemente se ha comenzado a hablar de otro tipo de insomnio, el tecnológico provocado por el uso excesivo de aparatos tecnológicos.
Este nuevo tipo de insomnio es uno de los más novedosos y se ha detectado coincidiendo con la introducción cada vez mayor de la tecnología y los diferentes dispositivos portátiles en nuestras vidas. Al fin y al cabo la esencia es la misma del insomnio tradicional, y es la incapacidad de conciliar el sueño debido a una excitación excesiva en el organismo. Lo único que diferencia a este tipo de insomnio son las causas, aunque al final los resultados son los mismos, falta de sueño y mal humor además de empeoramiento de la salud a niveles insospechados.
Por qué se produce el insomnio tecnológico
Antes de nada es importante que sepamos el origen de este tipo de insomnio. Como comentábamos antes, la tecnología que tenemos a nuestro alrededor puede hacer que nuestro sueño se resienta. Pero no es que esto se produzca de forma espontánea, sino que es debido a un uso excesivo e indebido de los diferentes dispositivos tecnológicos, haciendo que nuestro estado de humor se resienta y con ello los ciclos habituales del sueño. Partiendo de esta premisa vamos a ver las actitudes que causan este tipo de insomnio que puede afectarnos a cualquiera.
Principalmente el insomnio tecnológico está producido por un uso excesivo de internet antes de acostarnos. El uso elevado en cualquier dispositivo tecnológico alteraría el sueño debido a que la luminiscencia de todos ellos alterarían sobremanera nuestros sentidos y con ello evitarían que consiguiésemos la relajación perfecta para conciliar el sueño. Esto además es exponencial al tiempo que pasemos frente al dispositivo antes de acostarnos, ya que a mayor exposición más difícil será que conciliemos el sueño. A partir de ese momento comenzará una espiral de estrés primero derivado por la excitación causada por los dispositivos y luego por la ansiedad causada por la imposibilidad de conciliar el sueño.
Demasiado tiempo menos descanso
El problema aumenta cuando utilizamos estos dispositivos en la cama, y es que a los problemas comentados con anterioridad debemos sumar la dilatación del tiempo de exposición que vamos a pasar frente a ellos, ya que al estar en la cama no tenemos tanta prisa por apagarlos. Esta prolongación del tiempo hará que perdamos horas de sueño y que poco a poco sea más difícil para nosotros conciliar el sueño de manera habitual. Para evitar esto lo que haremos será no llevarlos dispositivos a la cama y mucho menos dedicarles demasiado tiempo antes de irnos a dormir.
Acudir a la cama relajados y dispuestos a dormir es esencial. Lo ideal es dejar de lado cualquier pensamiento negativo que nos pueda afectar y hacer que peligre nuestro descanso. Este trastorno podría ser un nuevo mal que nos puede afectar a cualquiera de nosotros y por ello es necesario que luchemos en su contra para conseguir hacer que nuestro sueño sea sagrado y siempre se lleve a cabo sin complicaciones.
Imagen | unpocolesbianos
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