Los cítricos son alimentos que en esta época del año están presentes en nuestra dieta de manera habitual, ya que nos ayudan a mantener las defensas en perfectas condiciones. En su composición tienen diferentes sustancias como las vitaminas, en concreto la C, que ayuda a proteger nuestras células de los ataques externos. Pero no solo contienen estos nutrientes, sino que además nos aportan una sustancia llamada ácido cítrico que tiene una serie de efectos directos en nuestros dientes.
Durante muchos años la creencia popular era que la piel del limón servía de blanqueante para los dientes. Nada más lejos de la realidad, ya que de lo que realmente sirve es de debilitante de los dientes. Seguro que en más de una ocasión, después de haber consumido muchos cítricos notamos sensibilidad en los dientes, y es que se desencadena en los mismos una reacción química a causa del ácido que la fruta que nos hemos comido contiene.
Los efectos que el ácido cítrico tiene en nuestros dientes son complejos y debemos detenernos en ellos. Cuando entra en contacto con el esmalte de los dientes se produce un efecto químico que afecta de un modo directo al calcio que se encuentra en estos, ya que lo que hace es cristalizarlo y movilizarlo, de modo que los dientes se ponen en serio riesgo, ya que su debilitamiento será grande. Esta situación lo que hace es poner en riesgo la salud de nuestros dientes y hacerlos mucho más vulnerables a los ataques producidos por las bacterias que se encuentran en la boca.
Esto no quiere decir que dejemos de ingerir cítricos, ya que son necesarios y muy beneficiosos para el organismo, sino que simplemente debemos tener en cuenta algunos puntos para evitar que el daño causado por el ácido cítrico sea mayor. Muchas personas pensarán que cepillarse los dientes para mitigar los efectos del ácido es la solución. Nada más lejos de la realidad, ya que este tipo de ácido perdura en la boca por un tiempo, y al mezclarse con la pasta de dientes el daño que se puede causar al esmalte es mayor. Por este motivo lo más recomendable es realizar enjuagues con agua al terminar de comer un cítrico y así eliminar gran parte del ácido de l aboca. La ingesta de agua en las siguientes horas ayudará a mitigar este efecto.
Es importante que tengamos esto en cuenta, pero tampoco debemos tildar a los cítricos de una fruta mala para la salud, ya que no lo es en absoluto, sino que es importante que reforcemos la ingesta de calcio y sigamos los consejos que hemos dado anteriormente para proteger a nuestros dientes.
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