¿Podría tu mascota ayudarte a aliviar el estrés? Sí, sin duda. Son muchos los estudios que demuestran la utilidad de la terapia con animales para reducir los niveles fisiológicos y psicológicos de estrés.
Aunque este tipo de terapias comenzaron a usarse en entornos médicos, especialmente los pediátricos, podemos usar su aplicación en otras situaciones no tan "graves" pero igualmente importantes. Por ejemplo, en situaciones comunes de estrés, como los exámenes, el trabajo o, por qué no, en nuestro día a día.
La terapia con animales contra el estrés, funciona
Como decíamos, existen numerosos estudios que muestran cómo los animales domesticados ayudan a tratar ciertas afecciones relacionadas con la mente. Tanto a nivel paliativo como en otros tratamientos relacionados con la mejora del estrés, el contacto con las mascotas parece tener un efecto muy significativo reduciendo los niveles percibidos de este, así como los niveles medidos fisiológicamente.
Para esto último, se suele emplear el cortisol como indicador. Cuanto más hay, en saliva, por ejemplo, más agresivos y estresados estamos. Esto suele ocurrir como consecuencia, no como origen, debido a que nuestro cuerpo segrega esta hormona como respuesta a una situación estresante. Según los estudios, el pasar cierto tiempo (depende del estudio) con animales de compañía, reduce los niveles medidos de cortisol en saliva con solo un par de semanas entre la medición inicial y la siguiente.
También disminuye el nivel de estrés apreciado, según las encuestas recogidas por los investigadores. Estos dos aspectos son muy importantes porque, el estrés, como problema complejo que es, tiene diversos niveles de afectación y manifestación, tanto psicológico como fisiológico. En general, la terapia con animales ayuda a reducir todos los niveles "medibles" de estrés, pero también del dolor, la angustia y la ansiedad.
En parte, y tal vez de una manera simplista, esta relación está basada en la hipótesis de la "biofilia", acuñada por el entomólogo Edward Osborne Wilson, uno de los padres del concepto de "biodiversidad". Según esta, el ser humano tiende a sentir una afinidad innata con la naturaleza y todos los seres vivos. Dentro de esta afirmación, que es muy simplista, insistimos, podría enmarcarse una relación agradable que ayuda a reducir los niveles de estrés en los seres humanos.
¿Puedo hacer mi propia zooterapia con mi gato o perro?
La zooterapia es algo cada vez más común. Este tipo de tratamientos emplean a un animal como recurso terapéutico. Como ocurre con otros, los tratamientos no consisten únicamente en estar en contacto con un animal. Por el contrario, es necesaria la presencia de un especialista que dirija la terapia, especialmente cuando hablamos de problemas de salud graves. Centrándonos en el estrés, la cuestión es un poco más sencilla.
¿Podemos aprovecharnos de la coexistencia con nuestras mascotas para reducir el estrés? Los pocos estudios existentes al respecto indican que sí. Parece ser que el tener una relación sana con una mascota, la cual es un miembro más de la familia, puede resultar muy satisfactoria a la hora de reducir los niveles de malestar psicológico. Esto también se debería, en parte, a la íntima relación que se crea con ellas.
Las mascotas nos proporcionan una retroalimentación positiva incondicional y acrítica. Esto, dentro de un contexto estresante, sirve como refuerzo positivo. Su dependencia hacia nosotros también puede ayudar a calmar el estado de ansiedad y malestar. La disciplina a la que nos obligan por sus propias necesidades son un punto a favor más en nuestro bienestar.
En definitiva, aunque hay pocos resultados, debido a lo difícil que es hacer un estudio en un entorno natural con una mascota, parece ser que sí, que nuestros animales de compañía nos ayudan a sobrellevar las peores condiciones de estrés y ansiedad simplemente estando ahí, a nuestro lado.
Las cosas que nos quedan por saber de la terapia con animales
A pesar de todo lo que parece que sabemos sobre este tipo de terapias, y también a pesar de la creciente cantidad de profesionales que existe, lo cierto es que hay muchas incógnitas asociadas a la zooterapia. Por ejemplo, ¿qué es mejor, un animal doméstico o un animal más grande y exótico como un caballo? ¿Cuánto tiempo hace falta para que surta efecto? ¿Podemos crear patrones de terapia para usarlos en casa con nuestras mascotas? ¿Por qué hay gente a la que no le funciona?
Todavía quedan muchas preguntas por responder. Hasta la fecha, la poca información de la que disponemos apunta a que tratar con animales nos ayuda de muchas maneras, aunque no sabemos exactamente de cuáles o cómo funcionan. Quedan por definir patrones, mecanismos e indicadores.
Pero que esto no sirva como disuasorio, que no lo es. A veces, especialmente en ciencia, y sobre todo cuando tiene que ver con la medicina y la psicología, desconocemos muchas cosas que sabemos que funcionan. El mecanismo estará ahí, escondido o a la vista, pero sin identificar. Pero está, que es lo importante. Así que, ante el estrés, recordemos que podemos contar con el apoyo incondicional de nuestra mascota para eliminarlo de nuestra vida.
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