Dado que los primeros alimentos que ofrecemos a nuestros hijos pueden condicionar su gusto por los alimentos posteriormente, lo mejor es no agregar azúcar a la comida del bebé, pues estaremos escondiendo el sabor natural de un puré de manzana o de banana y al mismo tiempo, estaremos acentuando su preferencia por lo dulce.
Además, estaremos introduciendo azúcares simples que el cuerpo del bebé aun no necesita, pues lo que aporta la leche materna sumado a lo que proveen las frutas maduras que podemos dar al niño pequeño, es suficiente para cubrir las necesidades calóricas del bebé que recién comienza a comer.
Así como no es conveniente agregar sal a la comida del bebé, lo mejor es no agregar azúcar para no alterar sus gustos y preferencias así como también, para no sumar calorías vacías a la dieta, cuidar su salud bucal y su conducta alimentaria.
Si el bebé no come un puré de frutas, debes intentar varias veces antes de descartar ese plato, pues si comienzas a agregar azúcar lo que apetecerá siempre es el puré con azúcar, pero ya nunca más será apetecible para el peque un puré de frutas con su sabor natural.
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