Los pelos canosos se atribuyen desde siempre a la vejez, la sabiduría y, también al miedo o el estrés. Un reciente estudio, por primera vez, ha conseguido desvelar el mecanismo por lo que esto último produce las canas.
Por supuesto, el efecto era bien conocido históricamente, con numerosos casos anecdóticos a sus espaldas. Pero por fin conocemos la "ciencia" que existe detrás de este fenómeno, curioso cuanto menos. ¿Qué le ocurre a nuestro pelo cuando estamos estresados para que se vuelva blanco?
Cuando el pelo se vuelve blanco por el estrés
Estudios previos habían sugerido que tal vez el pelo se volvía blanco por un ataque del sistema inmunitario a los folículos pilosos. Pero, por mucho que se le ha dado vueltas, jamás se ha conseguido desarrollar una hipótesis fuerte sobre los porqués del pelo cano por culpa de una situación estresante. Y, sin embargo, es un fenómeno que hemos reconocido en más de una ocasión.
Por fin, un equipo de la Universidad de Harvard ha descubierto dónde está el secreto de las canas producidas por el estrés: en los nervios. ¿Cómo puede ser? Según los investigadores, el estrés produce una serie de señales que inducen la activación exagerada del sistema nervioso autónomo. Esto, explican, provoca un daño permanente a las células madre que se encargan de regenerar el pigmento del pelo.
La consecuencia, como imaginamos, es el posible encanecimiento acelerado y prematuro del cabello. Por supuesto, esto no pasa ni siempre ni de forma sistemática. Depende muchísimo de cada persona y de la manera que gestiona el estrés. Además, es importante entender que las pruebas las han realizado en animales.
Esto es un detalle común en las investigaciones, aunque nada apunta a que el mecanismo descubierto no funcione también en humanos, pues parece algo muy conservado en mamíferos. Para poder entenderlo mejor, es preciso que comprendamos cómo funcionan... los pelos y su pigmentación.
Diseccionando un pelo
Los pelos son unas estructuras formadas por una fibra de queratina y constituidos por una raíz y un tallo. En la raíz comienza el folículo piloso construido por varias estructuras de tejido, vivas, como las células encargadas de producir la fibra. En esta estructura también hay melanocitos.
Los melanocitos son las células encargadas de producir melanina, la sustancia que colorea la piel u otras partes del cuerpo, entre las que se encuentra el pelo. A la melanina le debemos el color oscuro, básicamente. El folículo piloso, donde se encuentran, es una estructura bastante compleja y sofisticada, en la que participan numerosas células.
En la raíz del pelo se van añadiendo más y más moléculas de queratina, haciendo crecer el pelo, cuya estructura del cabello es compleja. Esta tiene anillos concéntricos celulares que formarán la vaina interna del pelo. Las glándulas sebáceas, a su vez, recubren el filamento de grasa, dándole lustre al cabello. En el fondo está la papila dérmica, que es de donde sale la primera célula que dará origen al pelo que se va a formar. Esta, muy grosso modo, es la maquinaria que hace que tengamos pelo, lo "alimenta" para que crezca y lo mantiene.
Toda esta estructura está conectada al sistema nervioso por una cuestión muy evidente: los pelos son una medida de defensa. Nos ayudan a mantener el calor, nos protegen de algunos roces y sustancias y nos proporcionan información. También están unidos al sistema nervioso como un vestigio de un sistema que se activa ante una taque.
Sí, los pelos se erizan porque los nervios activan el músculo que reside en nuestro folículo piloso. Esos mismos nervios son los que transmiten una o varias señales al pelo, estimulando todo el folículo. Esta señales, en forma de hormonas, que se presentan ante una situación de estrés, provocan el agotamiento de los melanocitos del folículo. Esto se traduce, por tanto, en el encanecimiento del pelo.
¿Qué más le pasa al pelo con el estrés?
La caída del cabello es un efecto natural cíclico de estos tejidos. Básicamente, el cabello pasa por tres fases: la anágena, la catágena y la telógena. La primera es la de crecimiento y puede durar muchos años. La segunda es una fase de transición y dura apenas unas semanas preparándose para la telógena. En esta última el pelo "descansa" en el folículo, separado de la papila y deja de crecer.
Más tarde, se desprenderá, dejando al folículo libre para que otro pelo crezca de nuevo. Incluso cuando los cortamos no estamos renovando realmente el cabello, solo la parte más externa del mismo. Pero la piel necesita deshacerse de los que más tiempo tienen. En condiciones normales solemos perder unos 100 pelos al día, aunque esto varía mucho entre personas.
Existe un fenómeno conocido como efluvio telógeno, que es una forma de decir "caída masiva" del cabello. Este efluvio telógeno ocurre cuando sufrimos de situaciones de estrés, un acontecimiento dramático o una agresión al cuero cabelludo. Esto podría ser un exceso de sol, el cloro de las piscinas, el agua de mar o, sencillamente, el calor.
Pero, como decíamos, el efluvio telógeno ocurre cierto tiempo después del estrés, lo que explica que a una gran parte de la población se le caiga el pelo en otoño. Pero podría ocurrir en otras épocas también. Como vemos, finalmente, el evento estresante produce una reacción en nuestro cuerpo. El efluvio telógeno no ocurre normalmente de manera inmediata, sino que necesita de una semanas para que el folículo piloso suelte el pelo, lo que, a veces, puede resultar confuso a la hora de observar este fenómeno.
Imágenes | Unsplash, Wikimedia
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