En infinidad de ocasiones hemos destacado lo importante que es mantener una buena flora intestinal. El intestino es la puerta de entrada de los nutrientes en el organismo, pero también puede serlo de muchas bacterias nocivas para la salud. Por ello en este post queremos detenernos en en un trastorno de la flora intestinal conocido como la disbiosis.
En anteriores ocasiones en Vitónica hemos visto algunos consejos para conseguir una flora intestinal en perfecto estado. Este punto es importante necesario para el correcto funcionamiento del organismo. A pesar de todo, existen en nuestra vida infinidad de hábitos nocivos para la correcta conservación de la flora.
Qué es la disbiosis
Concretamente la disbiosis consiste en un desequilibrio de la microflora intestinal. Esto afecta a su actividad metabólica y la concentración y distribución de ésta a lo largo del intestino. Nosotros en esta ocasión nos queremos detener en este trastorno que muchas personas no conocen y no saben por qué se produce ni las consecuencias que puede deparar en nuestro organismo.
Este trastorno se produce principalmente en los países desarrollados debido al abuso de alimentos totalmente perjudiciales para el intestino. Además, el ritmo de vida que llevamos puede en muchas ocasiones causar este desajuste.
Trastornos que se pueden llevar a cabo en el organismo
Este desequilibrio en la flora intestinal puede causar una serie de trastornos en el organismo que debemos tener en cuenta, ya que en caso de padecer enfermedades crónicas, este simple hecho puede acabar por empeorarlas o agravarlas. Por ello en este punto nos vamos a detener en algunas de las causas que pueden desencadenar la disbiosis en nuestro organismo.
- La disbiosis lo que hace es que nuestro organismo se vea sometido a un alto riesgo frente a los agente tóxicos provenientes del exterior. Al no funcionar correctamente el intestino el organismo absorverá sustancias que de manera normal la flora evitará que penetren en el organismo.
- El estreñimiento y el hinchazón abdominal son alguno de los síntomas más habituales que se derivan de la disbiosis. Esto puede acabar en inflamaciones intestinales y trastornos del tracto intestinal más serios como el colon irritable por ejemplo, entre otros...
La aparición de migrañas o artritis reumatoide también puede derivarse de una disbiosis. Estos trastornos y otros como la obesidad... que aparentemente no tienen nada que ver con el intestino, pueden ser fruto de una flora intestinal en mal estado.
A todas estas patologías derivadas de una disbiosis podemos sumar la candidiasis intestinal, ya que una flora en mal estado es en la mayoría de los casos la entrada para este trastorno en nuestro organismo.
Por todos estos motivos es necesario que seamos capaces de reforzar la flora y conseguir mantenerla en perfecto estado con nuestro ritmo de vida. Para ello es necesario saber qué será lo que más nos conviene para lograrlo.
Síntomas que presenta la disbiosis
Antes de entrar al detalle de lo que debemos hacer en nuestro día a día, vamos a detenernos en los síntomas que suele presentar la disbiosis en las personas que la padecen. Muchas veces no se les da la importancia que tienen y no se pone remedio a tiempo, pues es un trastorno que puede permanecer mucho tiempo sin ser descubierto y sin ser atajado cuanto antes. Por ello es necesario detectarlo:
En primer lugar vamos a destacar que la lengua suele volverse blanca y pueden aparecer intolerancia a determinados alimentos.
La flatulencia y el estreñimiento suelen ser otros de los síntomas.
A un nivel que no es el digestivo pueden aparecer picores en el cuerpo, sobre todo en ojos y nariz, así como nerviosismo general. Las irritaciones cutáneas y las rojeces en la piel son otros de los síntomas que debemos tener en cuenta, así como alergia que anteriormente no se habían detectado.
El dolor articular es otro de los síntomas, y más cuando aparece sin un motivo aparente.
A nivel neuronal puede afectarnos con trastornos de la visión, pérdida de memoria, dolores de cabeza fuertes. Las dificultades para dormir y el cansancio general pueden aparecer también.
- La disbiosis puede producir también infecciones en las mucosas. por ejemplo, en el caso de los hombres puede llegar a producir inflamaciones repentinas de la próstata y la vejiga e incluso impotencia. En las mujeres puede llegar a producir pérdida de la líbido, secreción vaginal, dolor en la zona al mantener relaciones sexuales. También pueden presentarse infecciones de orina, calambres y picores en la parte vaginal.
Como podemos ver los síntomas pueden muchos y variados y no solamente digestivos. Por ello muchas veces se confunde la disbiosis con otros trastornos, cuando realmente éstos tienen su origen en un mal estado de la flora intestinal derivada de la falta de cuidado al respecto. Si no se ataja a tiempo los síntomas pueden ir en aumento y las dolencias también, ya que no debemos olvidar que estamos dando carta abierta a que entren microorganismo y toxinas en el torrente sanguíneo con lo que ello supone para el organismo.
Sobre todo tener en cuenta que en la mayoría de los casos se producen intolerancias alimenticias y alergias como rasgo importante, al igual que en el tema de los dolores articulares, casi siempre suelen presentarse en el tren inferior, sobre todo en caderas, rodillas y tobillos. También pueden aparecer en forma de molestias en la parte lumbar o en la cara interna de los muslos, en la parte de los abductores.
Hábitos que pueden causar la disbiosis
Para localizar lo que estamos haciendo mal o si corremos riesgo de padecer este trastorno, es necesario que sepamos los hábitos alimenticios y de vida que pueden causar en nuestro organismo la disbiosis:
- La alimentación que seguimos es uno de los principales bastiones a la hora de mantener una perfecta flora intestinal. Sobre todo el exceso de azúcar o carbohidratos refinados. Los alimentos ricos en estos nutrientes lo que hacen es alimentas a los microorganismos patógenos que destruyen la flora intestinal y más cuando la tenemos ya de por sí debilitada. Pero también con el aumento de la glucosa, estos microorganismos se alimentarán a través de la sangre. De modo que estamos favoreciendo su proliferación por dos vías sin darnos ni cuenta.
El uso de antibióticos es otro problema a tener en cuenta, ya que la función de éstos es acabar con microorganismos y bacterias del organismos, entre los que se encuentran aquellos que forman la flora intestinal. Pero otros como la candidiasis no se ven afectados y pueden campar a sus anchas sin otros microorganismos que los controlen.
Usar otros medicamentos como los corticoides o las hormonas sintéticas pueden aumentar el riesgo. Los corticoides disminuyen enormemente nuestro sistema inmunitario, y las hormonas destruyen nutrientes como al vitamina B6, necesaria para mantener un sistema inmunitario fuerte.
El consumo de agua del grifo en muchos casos puede suponer un riesgo, ya que el cloro y el flúor con el que se tratan muchas aguas son un enemigo directo de la flora intestinal, pues ayudan a que ésta se debilite sin apenas darnos cuenta.
El estrés constante también es un factor que conseguirá que la flora se debilite. Concretamente el estrés hace que el organismo libere cortisol, y este exceso hace que se debilite el sistema inmunitario y con él parte de la flora intestinal, además de hacer que los niveles de glucosa aumenten y se siga favoreciendo de este modo la proliferación de otros microorganismos que se alimentan precisamente de esta glucosa.
No seguir una alimentación equilibrada que nos aporte los nutrientes que necesitamos para que el organismo es otro de los factores que puede afectar a la flora intestinal. Es decir, si no mantenemos una correcta nutrición conseguiremos que nuestro sistema inmunológico se debilite, además de no conseguir un correcto funcionamiento de la secreción hormonal, de la producción de jugos gástricos y con ello la correcta digestión y asimilación de los alimentos. De este modo, al no estar bien nutridos nuestro organismo no se protegerá ni funcionará correctamente, haciendo que otros microorganismos se reproduzcan en detrimento de la flora beneficiosa para el organismo.
Realizar malas digestiones derivadas de una escasa secreción de jugos gástricos afectará directamente a la flora intestinal. Principalmente esto sucede cuando abusamos de alimentos ácidos, principalmente los alimentos de origen animal. No secretar los jugos necesarios hará que la digestión se ralentice y de este modo se produzca fermentación y putrefacción en el intestino. Estos procesos producirán sustancias ácidas que afectarán a la mucosa intestinal y con ello a la flora que la recubre.
Algunos puntos a tener en cuenta sobre la disbiosis
Al hilo de lo expuesto anteriormente queremos destacar lo importante que es seguir unos hábitos de vida saludables. Para ello lo que recomendamos es seguir una dieta saludable que ayude las digestiones y ayude a cuidar la flora intestinal. El consumo de fibra nos ayudará a conseguirlo, así como la ayuda con infusiones y complementos que nos ayuden a mejorar los procesos digestivos.
No realizar comidas copiosas que ralenticen la digestión es fundamental para evitar debilitar la flora intestinal y abrir la puerta a posibles trastornos e infecciones. Es importante que tengamos esto en cuenta a la hora de prevenir estas situaciones que pueden poner en jaque nuestra salud.
Junto a esto no hay que olvidar que el descanso adecuado es crucial, por ello es importante descansar por lo menos siete horas diarias. El ejercicio físico también será importante para así mejorar el tránsito intestinal y el correcto estado de la flora. Junto a esto podemos realizar algunas jornadas de limpieza intestinal con alimentación más ligera que nos ayude a hacer descansar el intestino y de este modo reponer la flora para que esté siempre en perfecto estado.
De este modo, teniendo en cuenta la flora y su salud conseguiremos estar mucho más sanos y cerrar la puerta a trastornos y enfermedades, mejorando sustancialmente nuestro estado general. Simplemente debemos prestar atención y ser conscientes de ello.
Imágenes | Unplash
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