Mantener una buena salud cardiaca es fundamental para mantener una buena salud general. La circulación sanguínea es muy importante y por ello es necesario mantener un control sobre ella. Existe un peligro silencioso que muchos de nosotros padece y que no sabe que lo tiene, es la hipertensión, ya que este mal no avisa y si no nos tomamos la tensión no sabremos que lo padecemos. Este es el problema por el que muchos son los que no ponen remedio pronto. Por ello en este post queremos detenernos en algunos puntos a tener en cuenta para evitar la hipertensión o mejorar su estado si ya la padecemos.
Una tensión arterial elevada es un riesgo para nuestra salud, ya que en cualquier momento puede derivar en problemas circulatorios mayores que afecten a algunas partes del cuerpo como el corazón, el cerebro o los pulmones. Por ello es necesario que tengamos en cuenta algunas pautas o reglas de hora a la hora de controlar la hipertensión. Para comenzar es necesario que controlemos la tensión mediante mediciones periódicas que nos permitirán saber si somos hipertensos o si tenemos tendencia a serlo.
Por supuesto la realización de ejercicio es una baza segura a la hora de mantener controlada la presión arterial. El ejercicio nos ayudará a eliminar el exceso de grasas y mantener el colesterol en unos niveles normales, evitando así el aumento de la tensión sanguínea. Realizar cualquier actividad deportiva nos ayudará, pues lo ideal es activar la circulación mediante la movilidad del cuerpo, bien sea caminando, corriendo o subiendo escaleras.
La alimentación es un punto importante como siempre, y es que es necesario que la dieta esté libre de grasas y colesterol, pues son el principal enemigo de las venas, ya que las obstruyen y hacen que la presión sanguínea aumente. El exceso de sustancias excitantes como la cafeína es algo que también debemos dejar de lado, ya que aumentarán el ritmo cardiaco y con él la presión arterial, aumentando la tensión que deben soportar nuestras venas.
El abuso de la sal es otro de los puntos que debemos tener en cuenta, y es que se trata de una sustancia que aumenta la presión arterial y con ello la tensión de la sangre. Por ello es necesario que siempre intentemos consumir los alimentos más bien sosos. Todo es acostumbrarse, ya que los propios alimentos contienen sales minerales, por lo que no es necesario añadirles otra eterna para realzar el sabor, y menos cuando podemos empeorar nuestra salud.
El peso es otro determinante de la tensión, ya que un riesgo es el sobrepeso, y sobre todo la obesidad, ya que estas personas al tener muchos kilos de más también tendrán tensión de más. Nunca hay que olvidar que la tensión aumenta directamente proporcional al peso, es decir, a más peso más tensión. Es necesario que controlemos cuanto antes nuestra tensión, ya que tenerla muy elevada durante años nos pasará factura a la larga.
Imagen | carlosestebanor
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