Si al tacto percibes un abultamiento o una pequeña zona tensa y dura bajo la piel, en determinado músculo, sin duda puedes estar ante un nudo muscular. Te contamos de qué se trata y que hacer al respecto.
Nudo o contractura muscular
Los llamados nudos musculares que se perciben como un pequeño abultamiento doloroso, palpable a través de la piel, no es más que una contractura muscular muy frecuente y que no suele ser grave.
Una contractura muscular es una contracción exagerada involuntaria y sostenida de diferentes fibras que forman un músculo y puede deberse a diferentes causas.
Se percibe la tensión y el dolor ante el tacto así como también, un bulto o zona endurecida que puede alterar el normal funcionamiento del músculo.
Si bien no suele ser de gravedad, las contracturas musculares resultan muy molestas y pueden irradiar dolor o producir adormecimiento hacia otras áreas. Por lo tanto, prevenir así como revertir su presencia resulta clave.
Las posibles causas de los nudos o contracturas musculares
Muchos factores pueden ser la razón por la cual se desarrollan nudos musculares. Así ,entre ellos se encuentran:
- Esfuerzos elevados superiores al que un músculo es capaz de soportar, de manera ocasional o bien tras movimientos repetitivos, que fatigan al músculo.
- Músculos debilitados con fuerza inferior a la necesaria para afrontar una actividad.
- Sedentarismo que predispone a sufrir contracturas musculares ante pequeños esfuerzos a los que el cuerpo no está habituado.
- Posturas o movimientos forzados, repetitivos y sostenidos en el tiempo cómo mirar hacia abajo el móvil o colocarnos al ordenador en mala posición, entre otros.
- Excesiva exposición al frío que provoca una tensión o contracción involuntaria en respuesta al mismo.
- Caídas o accidentes que provocan la tensión o contracción como respuesta y por ello, pueden contracturar áreas musculares.
- Estrés o ansiedad que favorece la tensión muscular.
Cómo podemos ver, son muchas las razones por las cuales podemos sufrir una contractura muscular y percibir un nudo en el área afectada o un abultamiento doloroso y molesto para nuestro quehacer diario, que limita el movimiento del músculo afectado.
Tengo un nudo muscular, ¿qué hago?
Si tenemos una contractura muscular, la primera indicación que todo especialista nos dará es el reposo. Es decir, detener la actividad física que podría llegar a agravar el cuadro acentuando la tensión en las fibras afectadas.
Si el dolor es intenso y dificulta considerablemente el movimiento, consultar con un médico o un fisioterapeuta resulta lo más aconsejable, ya que podría ser necesario acudir a fármacos con efecto antiinflamatorio así como también a masajes adecuados en la zona contracturada.
La aplicación de calor y el automasaje ligero por parte del afectado puede ayudar a mejorar el flujo sanguíneo y de esta forma, reducir la tensión aliviando o controlando la contractura.
Siempre mejor prevenir que curar
Las contracturas o nudos musculares pueden aparecer tanto en personas activas como sedentarias; no obstante, éstas últimas son las más propensas a su desarrollo. Por ello, si queremos reducir el riesgo de sufrir un nudo muscular aconsejamos evitar el sedentarismo.
De igual forma mantener un buen tono muscular puede ser de utilidad, así cómo realizar un calentamiento adecuado en la práctica deportiva y una correcta vuelta a la calma que nos permita relajar los músculos y esforzarnos, cuando el cuerpo verdaderamente está preparado.
Trabajar en la postura corporal y posicionarnos de forma adecuada para entrenar, trabajar o mirar el móvil resulta fundamental, ya que muchas veces una incorrecta higiene postural es la causa de nuestras contracturas.
Los nudos musculares son muy frecuentes y no suelen ser graves, pero las molestias que ocasionan son elevadas y por ello te contamos cómo identificarlos y qué hacer ante su desarrollo.
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