Un buen descanso es uno de los pilares fundamentales para tener una vida saludable. El colchón y la almohada son dos elementos importantes para el adecuado descanso. Un colchón desgastado, con materiales estropeados y sin sus propiedades iniciales o una almohada demasiado trillada pueden hacer que la postura no sea la correcta al dormir y que nuestro descanso no sea satisfactorio.
El colchón se recomienda cambiarlo cada 5-10 años, dependiendo de su calidad o desgaste sufrido. Es fácil identificar un colchón desgastado, su superficie no es uniforme, nos suele despertar a media noche y la espalda suele doler al levantarnos.
En cuanto a la almohada, su vida es más corta, uno o dos años, que es cuando empieza a perder capacidad elástica y el cuello sufre las consecuencias, afectando también su posición al resto de la espalda.
Conforme tenemos más años cobra más importancia tener un buen colchón y una almohada adecuada a nuestras características. Renovarlas con frecuencia nos evitará periodos de transición incómodos en las horas de sueño.
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