Todos sabemos que el tabaco es perjudicial para la salud del organismo, pero nos preguntamos qué sucede cuando no tengo el hábito de fumar, es decir, cuando no fumo cada día pero sí soy un fumador social y enciendo un cigarrillo en eventos, rodeado de amigos, quizá un fin de semana. ¿Es igual de nocivo que ser un fumador habitual?.
Para responder a este interrogante debemos saber que se considera fumador social a aquel que no fuma sólo, sino siempre que haya gente a su alrededor fumando y/o cuando se encuentra en un evento. También es un fumador social aquel que fuma siempre que le ofrecen un cigarrillo, aunque fumar no esté entre sus hábitos. El ambiente o las situaciones son disparadoras del consumo de tabaco.
El fumador habitual, el que fuma a diario, sólo o acompañado, sabemos corre grandes riesgos para la salud, sin embargo, el fumador social no cree que el tabaco consumido eventualmente pueda resultarle en perjuicios.
No obstante, no se sabe cuántos cigarrillos son necesarios para provocar todos los daños asociados al hábito de fumar y no hay nada que evidencie que cierta cantidad de cigarrillos fumados semanalmente sean seguros y no provoquen daño alguno a la salud.
Además, es sabido que aunque no siempre sucede, la mayor parte de los fumadores sociales acaban siendo fumadores habituales y si no lo hacen, es probable que nunca dejen el cigarrillo a un lado de su vida porque justamente, consideran que la cantidad que fuman no es dañina para su salud.
Por otro lado, se ha observado que el tabaquismo intermitente y social eleva la presión arterial y puede incrementar el riesgo de obstrucción arterial a causa de colesterol, así como también, eleva el riesgo de muerte prematura por enfermedad cardiovascular.
Por supuesto, también se sabe que los fumadores sociales tienen más infecciones respiratorias que los no fumadores, mayores problemas de fertilidad y peor salud en general.
No podemos dejar de decir que como generalmente los fumadores sociales fuman en ambientes donde otras personas también fuman, el riesgo para la salud no sólo puede estar dado por el tabaco que el individuo consume, sino también, por el humo que llega de los demás y que permanece en los ambientes donde se vuelve activo el fumador social.
Por todo esto, si eres fumador social recuerda que sí eres fumador y que a pesar de consumir cigarrillos en poca cantidad y no a diario, estás sometiendo a riesgos a tu salud. Por eso, antes de que des el paso hacia un fumador regular, es mejor que des el paso contrario para alejarte definitivamente del tabaco y así, mejorar la calidad de vida y la salud del organismo.
Imagen | Valentin Ottone