Con la llegada del verano también nos acecha el calor y los problemas derivados de las altas temperaturas. Es cierto que año tras año recordamos la necesidad de tomar las precauciones necesarias para hacer que el aumento de las temperaturas no nos afecte, pero a pesar de ello, todavía muchas personas siguen enfermando por golpe de calor. Para ello, y encaminado a prevenir los estragos causados por las temperaturas vamos a dar una serie de consejos para llevar a cabo en los días más calurosos del verano.
En primer lugar la hidratación debe ser uno de los puntos fundamentales. Mantener nuestro cuerpo con los niveles adecuados de líquidos es esencial si no queremos sufrir ningún peligro. Para conseguirlo nunca debemos esperar a tener sed, sino que servirá con beber poco a poco constantemente a pequeños sorbos. Es importante que tengamos en cuenta que al día es necesario consumir entorno a los dos o tres litros de líquidos.
Consumir alimentos frescos como fruta y verduras es esencial si lo que queremos es mantener nuestro cuerpo a prueba de altas temperaturas. Pero no solo la alimentación es importante, sino que además debemos seguir algunas medidas para evitar el calor en la medida de lo posible. Sobre todo es importante que tengamos en cuenta los usos horarios y no salgamos a practicar deporte ni ninguna actividad que requiera un gran esfuerzo físico en las horas del día que más calienta, ya que correremos el riesgo de padecer un golpe de calor. Lo mismo que tomar el sol al mediodía, un gran error, ya que además de poner en peligro nuestra piel lo que hacemos es aumentar el riesgo de deshidratación.
Darnos duchas de agua fría de vez en cuando para bajar nuestra temperatura corporal y relajarnos es una buena solución, lo mismo que remojar algunas partes del cuerpo con paños húmedos como al nuca o la frente, algo que nos ayudará a bajar la temperatura del cuerpo. Debemos tener especial cuidado con las personas mayores y los niños, ya que son grupos de riesgo cuando el calor más aprieta, pues no controlan demasiado bien las necesidades de su cuerpo y pueden deshidratarse con más facilidad, por lo que es necesario que nos preocupemos por ellos y hagamos especial hincapié en que tanto los niños como los mayores consuman líquidos y se protejan.
En el caso de tener que salir a la calle en las horas más calurosas del día es recomendable que cubramos nuestra cabeza con una gorra o un pañuelo que impida que el sol nos caliente demasiado. Llevar siempre con nosotros una botella con agua es esencial para evitar la deshidratación al igual que evitar vestir colores muy oscuros que atraigan más el calor y aumenten nuestra temperatura. Es importante que tengamos cuidado, ya que todos corremos el mismo riesgo cuando aprieta el sol.
Imagen | ba1969
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