Un sencillo ejercicio de estiramiento lumbar

¿A quién no se le ha cargado en más de una ocasión la zona lumbar después de haber pasado largas horas de píe? Es algo muy habitual en muchas personas, un problema que hemos dado por totalmente normal y lo padecemos sin más, pero nosotros queremos dar una serie de pautas para evitar que el dolor lumbar se convierta en un inconveniente y en un lastre que debemos arrastrar sin quererlo. Simplemente debemos realizar un pequeño gesto para estirar la zona lumbar a diario y eliminar tensiones de esta parte del cuerpo.

Los malos hábitos posturales, la manera de caminar, la inclinación de la columna... son algunos de los principales motivos por los que desviamos parte de la tensión a la zona lumbar cuando estamos de pie. Ante todo debemos tener presente que esta zona está formada por músculos como el resto de partes del cuerpo, por lo que una sobrecarga lo que hace es pasarnos factura a modo de dolor en esta parte concreta. Por ello es necesario aliviarla, y qué mejor manera que con los estiramientos.

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Para estirar la zona lumbar y mejorar así su estado simplemente necesitaremos de nuestro propio cuerpo que colocaremos de la siguiente manera. Nos debemos poner de píe mirando al frente con la espalda recta y las piernas juntas. Los brazos deben permanecer relajados a lo largo de todo el ejercicio, ya que casi toda la acción la llevaremos a cabo con las piernas y la fuerza que vamos a ejercer sobre la espalda, que es la parte a trabajar.

Comenzando desde esta postura lo que haremos será agacharnos, pero no de manera habitual, sino que debemos adoptar una postura un tanto compleja, pues debemos echar el trasero hacia atrás apretando el abdomen y llevando las rodillas al pecho como si fuésemos a adoptar una posición fetal de pie. En todo momento los pies deben estar apoyados en el suelo y es importante que mantengamos el equilibrio mientras realizamos este ejercicio.

Una vez estemos en posición fetal, lo que debemos hacer es intentar echar el trasero hacia atrás, sin quitar la postura que tenemos. Para ayudarnos podemos imaginarnos que tenemos una soga atada a la cintura y que tira de nosotros hacia atrás. Por ello es importante que intentemos estirar lo máximo que podamos hacia atrás. Mantendremos esta postura unos segundos hasta que lo dejemos relajar para volver a estirar. De este modo lo que haremos será aliviar la parte lumbar, ya que la notaremos mucho más despejada y sana. Es recomendable que estiremos todos los días, pues se trata de una de las partes que más sufre de la espalda con el día a día.

Imagen | dreyboblue

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