Dado que en la población actual se consumen grandes cantidades de sodio, siempre la recomendación es reducir su ingesta y no superar el máximo de 2300 mg diarios, sin embargo, una dieta muy baja en sodio también podría dañar el corazón.
La evidencia al respecto
Aunque siempre pensamos que cuánto menos sodio mejor para nuestra salud, un reciente estudio publicado de la revista The Lancet pone en tela de juicio esta afirmación al demostrar que una dieta muy baja en sodio, tanto en personas con hipertensión como en normotensos, puede incrementar el riesgo cardiovascular así como el riesgo de muerte.
Además, las dietas altas en sodio si bien perjudican a personas hipertensas, no producen mayor riesgo cardiovascular o de muerte en persona sin hipertensión.
Asimismo, una investigación realizada con adultos con insuficiencia cardíaca concluyó que las dietas restringidas en sodio (1,8 gramos diarios) incrementan la morbilidad y mortalidad en comparación con dietas de contenido normal en sodio (2,8 gramos diarios).
Como si fuera poco, las dietas restringidas en sodio se han asociado a un incremento de colesterol y triglicéridos plasmáticos así como a mayor riesgo de sufrir insulino resistencia por los cambios metabólicos que éstas provocan.
Por todas estas razones, las dietas muy bajas en sodio han demostrado no ser tan buenas como pensábamos.
Conclusiones
Tras observar la evidencia científica al respecto, podemos concluir que si bien las personas que llevan dietas ricas en sodio y sufren hipertensión deberían limitar el consumo del mineral, no sería necesario llevar una dieta baja en sodio en quienes no lo consumen en exceso.
Y en personas normotensas, la restricción de sodio puede perjudicar mucho más la salud que beneficiarla, pues una dieta baja en sodio puede ser igual de nociva que una dieta excesiva en este mineral.
Por supuesto, siempre debemos escoger fuentes sanas de sodio y recordar que éste como otros componentes de nuestra dieta puede ofrecer grandes beneficios si se consume en cantidades adecuadas.
Bibliografía consultada | The Lancet, DOI: http://dx.doi.org/10.1016/S0140-6736(16)30467-6; Heart doi:10.1136/heartjnl-2012-302337; Cochrane Hypertension Group, DOI: 10.1002/14651858.CD004022.pub3; y Metabolism Clinical and Experimental, July 2011Volume 60, Issue 7, Pages 965–968.
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