Leo una noticia bastante curiosa en Menéame: el propietario de un gimnasio de Madrid echa el cierre y deja colgados a los socios con las cuotas pagadas. Como cualquier otro negocio los gimnasios también se ven afectador por la crisis y sus usuarios del día a la mañana se ven sin gimnasio, con las cuotas perdidas e incluso con sus pertenencias dentro.
Cuento esto no sólo por curiosidad, sino porque en muchos casos los gimnasios (al igual que otro tipo de negocios) “aprovechan” la crisis para lanzar ofertas a largo plazo, como cuotas muy bajas de precio para uno o dos años, y cuando han conseguido captar a suficientes socios, echan el cierre, luego lo de devolver el dinero ya se verá.
En el caso de esta noticia en particular ya había indicios de la mala situación del gimnasio: no había agua durante unos días, los monitores se negaban a trabajar porque llevaban tiempo sin cobrar…fueron unos pocos los que avisaron a la oficina del consumidor de esta situación y ahora son más de 800 denuncias.
La crisis aprieta y el fitness no se salva, un indicio es la bajada de cuotas que sobre todo se da este verano. Mucha gente prefiere ahorrarse los 30-50 euros mensuales y ponerse en forma al aire libre o en su casa por su cuenta.
A mi personalmente me ocurrió algo parecido. Al volver de las vacaciones de navidad me encontré el gimnasio al que iba totalmente cerrado. Afortunadamente en la puerta se encontraba un número de teléfono para información y devolución de tasas, pero, ¿cuánta gente lo dejaría pasar?, lo más correcto sin duda en cualquier caso es avisar al personal antes, pero lo más lucrativo es intentar captar a más clientes y cerrar.
¿A alguien de vosotros os ha pasado algo parecido?, seguro que hay alguna historia interesante.
Vía | Menéame
Más información | El País
Imágen | Alex Castellá