Tengo la impresión de que la endivia está un poco olvidada en nuestra cocina. Quizá en Navidad tuvo su momento de gloria, ya que es muy socorrida para usar a modo de barquitas en crudo para servir aperitivos, pero a mí me encanta cocinarla. Y esta receta de endivias braseadas al horno es tan sencilla como deliciosa y saludable.
Es característico su sabor amargo que a mí personalmente me apasiona, ideal para combinar con ingredientes ácidos o picantes. Son una gran fuente de potasio y resultan muy ligeras y digestivas, estupendas para servir como guarnición.
Ingredientes
- Endivia 4
- Aceite de oliva virgen extra 20 ml
- Vinagre de manzana 10 ml
- Salsa Worcestershire o Perrins 5 ml
- Vino blanco o caldo o agua 50 ml
- Levadura de cerveza en copos
- Perejil fresco o cilantro
- Sésamo negro o blanco
- Zumo de limón
- Pimienta negra
- Sal
Cómo hacer endivias braseadas al horno
- Tiempo total 30 m
- Elaboración 5 m
- Cocción 25 m
Precalentar el horno a 200ºC y preparar una fuente o bandeja adecuada. Podemos cubrirla con papel sulfurizado o engrasarla un poco con aceite, si fuera necesario.
Lavar las endivias con suavidad, cortar ligeramente la base del tallo si fuera muy gruesa, y retirar las posibles hojas dañadas más externas. Cortar cada una en dos mitades, longitudinalmente.
Disponer las endivias en la fuente. Añadir el aceite de oliva, la salsa Worcestershire (vigilar los ingredientes porque suele llevar pescado, si somos vegetarianos), o salsa de soja, el vinagre y salpimentar.
Hornear durante unos 15 minutos, regar con el vino, caldo o agua, y dar la vuelta. Hornear 5-10 minutos más, hasta que estén bien cocidas y tiernas.
Servir con la levadura de cerveza al gusto, perejil o cilantro fresco picado, zumo de limón y sésamo al gusto, mejor si lo tostamos previamente para que aporte un toque crujiente.
Con qué acompañar las endivias braseadas
Las endivias braseadas al horno se pueden servir acompañando a un plato principal de carne o pescado, o combinarlas con legumbres o algún plato de cereales. También me gusta presentarlas como primer plato, a modo de ensalada templada, o como una ración única el día que busquemos una cena más ligera. También podemos servirlas con frutos secos picados o una vinagreta ligera a nuestro gusto.
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