Ensalada de pulpo con rúcula y pimiento crujiente. Receta saludable

Siempre me ha gustado mucho el pulpo, desde muy pequeña, y normalmente en casa lo comíamos a la gallega o a la murciana, asado al horno. Pero ahora me gusta mucho como ingrediente para platos veraniegos, pues tiene muchas proteínas, pocas calorías, y combina muy bien con otros ingredientes frescos. Sirva como ejemplo esta ensalada de pulpo con rúcula y pimiento crujiente.

Lo más sencillo es comprar una pata de pulpo ya cocida, de tal modo que sólo tendremos que cortar los ingredientes y montar la ensalada. Un buen pulpo de calidad merece todo el protagonismo en recetas sencillas como esta, por lo que prefiero no añadir muchos productos más al plato. El pimiento fresco resulta muy refrescante y añade un punto crujiente muy agradable al paladar.

Ingredientes para 2 personas

• 1 pata de pulpo cocida, 1 pimiento rojo pequeño, 80 g de rúcula (los brotes, hojas más pequeas, tienen un sabor más suave), 1 lima, 1/2 limón, 1/4 cucharadita de vinagre de manzana, 2-3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, 1 cucharadita de sésamo negro, pimienta negra y sal.

Cómo hacer ensalada de pulpo con rúcula y pimiento crujiente

Cortar la pata de pulpo en rodajas no muy gruesas. Si las ventosas son muy grandes y no son muy del agrado de los comensales, se pueden recortar ligeramente. Aliñar con el zumo de medio limón y mezclar bien.

Cortar el pimiento rojo en cubitos pequeños, desechando las semillas y los filamentos internos, algo indigestos. Disponer una cama de rúcula en platos o en una ensaladera, añadir el pimiento y las rodajas de pulpo.

Batir el aceite de oliva con el vinagre de manzana, el zumo de lima, una pizca de sal y pimienta negra al gusto. Aliñar la ensalada y terminar repartiendo sobre el pulpo el sésamo negro.

Tiempo de elaboración | 15 minutos
Dificultad | Muy fácil

Degustación

Esta ensalada de pulpo con rúcula y pimiento crujiente se puede preparar con antelación ya que no tenemos ingredientes que se oxiden rápidamente, aunque mejor añadir el aliño en el momento de servir. Si no nos gusta el amargor de la rúcula, se puede compensar con un toque dulce, por ejemplo de mango o melocotón, o mezclarla con otras hojas verdes más suaves.

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