Hay vida más allá del pollo hervido y a la plancha

Uno de los mayores enemigos a la hora de llevar una dieta es el aburrimiento, y uno de nuestros mejores aliados el manejarnos más o menos bien en la cocina, o al menos el no tener miedo a ponernos delante de los fogones. Si eres de los que habitualmente no sale de la pechuga de pollo hervida o a la plancha, aquí recopilamos unas cuantas recetas muy sanas y sabrosas para que salgas de la monotonía.

  • Ensalada de pollo a la naranja agridulce: marinar el pollo antes de cocinarlo puede darle sabores muy interesantes. Sólo consiste, en el caso de esta receta, en dejarlo reposar mínimo durante media hora, en zumo de naranja, salsa de soja, salsa Worcestershire, vinagre, miel, sal y pimienta. Podéis prescindir de la mermelada de naranja porque sólo el zumo ya le dará un buen gusto de fruta.
  • Pechugas de pollo picantes a la plancha: si sois muy fans de la plancha, podéis probar a añadir diferentes especias para darle sabor a la pechuga de pollo. En el caso de esta receta se utiliza guindilla, pero podéis probar también con pimienta cayena. Además, los aliños picantes actúan como aceleradores de nuestro metabolismos al subir la temperatura corporal. Utilizad sólo un poco (o preparad un buen vaso de agua al lado).

  • Wok de pollo y calabacines al curry: si tenéis pollo ya cocinado en casa y queréis darle una vuelta al sabor, el wok es vuestro nuevo mejor amigo. No necesita casi nada de aceite (sólo asegurarnos de que la superficie del wok está engrasada, algo que podéis hacer con unas gotas de aceite y papel de cocina) y al cocinar el pollo junto con otros alimentos, como el calabacín, tomará su gusto. El wok es perfecto para conservar los colores y sabores de los alimentos: un imprescindible para llevar una dieta sabrosa, sana y variada.

  • Pechugas de pollo con salsa de cacahuetes: unimos dos de los alimentos que más nos gustan como son la pechuga de pollo y la crema de cacahuetes (la podéis hacer casera, simplemente moliendo los cacahuetes y añadiendo una pizca de sal y de aceite, o comprarla ya envasada). La receta lleva leche de coco, con bastantes grasas saturadas: si no os convence podéis cambiar por leche evaporada.

  • Brochetas de pollo marinadas con yogur griego y harissa: podéis utilizar esta especia o cualquier otra picante que tengáis por casa. Al igual que en la otra receta, el secreto del sabor está en marinar la pechuga de pollo durante un buen rato antes de cocinarla. Posteriormente hacemos las brochetas a la plancha y listo para comer.

Recordad que lo más importante en la cocina es echarle imaginación, ¿cómo cocináis vosotros la pechuga de pollo para no aburriros?

Imagen | Thinkstock
En Vitónica | Hamburguesas de pollo. Receta saludable.

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