Inmersos por fin en pleno otoño, llega la época de disfrutar de los platos de cuchara, reconfortantes y nutritivos. Es fácil convertirlos en comidas completas y sanas, que además son perfectas para llevar si tenemos que comer fuera de casa. Una variación de la receta tradicional es esta sopa de pavo con cebada y zanahoria.
La cebada perlada todavía se usa poco en España, pero es un buen sustituto del arroz para variar la ingesta de cereales, es saciante y contiene mucha fibra. Se puede encontrar en herbolarios, tiendas de diética especializadas o en comercios con productos internacionales, especialmente británicos. La sopa estará mucho más rica si usamos un caldo de verduras o de pollo casero.
Ingredientes aproximados para 2 personas
- 200 g de carne magra de pavo, 1 zanahoria, 1 cebolleta o 1/2 cebolla dulce grande, 1 diente de ajo, 60 g de cebada en grano, 1/2 vaso de vino blanco, 1 hoja de laurel, 1/2 cucharadita de comino molido, caldo o agua, pimienta negra, sal, aceite de oliva virgen extra y perejil picado al gusto.
Cómo hacer sopa de pavo con cebada y zanahoria
Quitar los posibles excesos de grasa de la carne de pavo y trocear en piezas pequeñas. Pelar y picar la cebolleta y el diente de ajo, cortar en piezas pequeñas la zanahoria. Calentar un poco de aceite de oliva en una cazuela y cocinar la carne, removiendo constantemente, hasta que se dore. Salpimentar.
Añadir la cebolla, el ajo y la zanahoria, y remover bien. Dejar que se doren unos minutos. Incorporar la cebada previamente lavada y regar con el vino. Cuando se evapore el alcohol, agregar el laurel, el comino, un golpe de pimienta y una pizca de sal.
Cubrir con agua o caldo, llevar a ebullición, bajar el fuego, tapar y cocer durante al menos 30 minutos. Vigilar el nivel de líquido y ajustar según se prefiera una sopa más o menos caldosa. Rectificar de sal y retirar el laurel. Añadir perejil picado al gusto al final de la cocción.
Tiempo de elaboración | 40 minutos
Dificultad | Fácil
Degustación
La sopa de pavo con cebada y zanahoria se puede servir como segundo plato de un primero a base de verduras, o utilizarlo como plato único con una buena ración, acompañado de un poco de pan si se desea. Podemos jugar con las proporciones de ingredientes, reduciendo la cebada si preferimos limitar los carbohidratos o sumando más carne para añadir más proteínas. También podríamos combinar la zanahoria con otra verdura, por ejemplo incorporando apio o nabo bien picado.
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