Si después de haberte puesto en forma a base de correr quieres empezar a mejorar tus tiempos no bastará con salir a correr siempre la misma distancia y al mismo ritmo, esto es algo a lo que el cuerpo se acostumbra y acaba por estancarse. El entrenamiento interválico mejora los tiempos en carrera dándole al cuerpo la chispa que necesita.
Hay dos formas básicas para entrenar en intervalos:
- Entrenamiento interválico continuo: aqui no se hacen pausas o descansos, sólamente cambios de ritmo. Es decir, vamos corriendo a nuestro ritmo habitual y cada cuatro u ocho minutos hacemos un cambio a mayor ritmo durante dos o cinco minutos. Después seguimos con el ritmo base. Con esto se consigue acumular fatiga en el cuerpo y que los músculos soporten el seguir corriendo fatigados, acelerando y mejorando los mecanismo de recuperación.
- Entrenamiento interválico fraccionado, más conocido como series: aquí, al tener un tiempo de descanso los ritmos suelen ser más altos, normalmente ritmos de carrera o mayores. Podemos distinguir entre series cortas o largas. Si preparamos un 10000 metros, las series cortas serán de 200 a 800 metros y las largas de 2000 a 5000 metros. En las cortas se trabajará más la potencia y en las largas el umbral anaeróbico. El descanso será de uno o dos minutos, para que el cuerpo siga acumulando fatiga.
Intercalando este tipo de entrenamiento en tus rodajes normales conseguiras ganar velocidad en carrera y tus marcas mejorarán. Pillarás de imprevisto a tu cuerpo y se adaptará a esos ritmos rápidos. Ya lo decía Einstein: “si quieres obtener resultados, no hagas siempre lo mismo”. Por eso, variar el entrenamiento con intervalos nos hará corredores más rápidos.
Este artículo fue originalmente publicado por Juan Lara en enero de 2010 y ha sido revisado para su republicación.
En Vitónica | Aumentar la potencia de los corredores: entrenar en cuesta
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