Si después de haberte puesto en forma a base de correr quieres empezar a mejorar tus tiempos no bastará con salir a correr siempre la misma distancia y al mismo ritmo, esto es algo a lo que el cuerpo se acostumbra y acaba por estancarse. El entrenamiento de intervalos mejora los tiempos en carrera dándole al cuerpo la chispa que necesita.
Os dejamos dos formas de entrenar por intervalos:
- Entrenamiento interválico continuo: en este tipo de entrenamiento no se hacen pausas o descansos, solamente cambios de ritmo. Es decir, vamos corriendo a nuestro ritmo habitual y cada cuatro u ocho minutos hacemos un cambio a mayor ritmo que dure de dos a cinco minutos. Después seguimos con el ritmo base. Con esto se consigue acumular fatiga en el cuerpo y que los músculos soporten el seguir corriendo fatigados, acelerando y mejorando los mecanismo de recuperación.
- Entrenamiento interválico fraccionado, más conocido como series: en este caso, al tener un tiempo de descanso los ritmos suelen ser más altos, normalmente ritmos de carrera o mayores. Podemos distinguir entre series cortas o largas. Si preparamos un 10.000 metros, las series cortas serán de 200 a 800 metros y las largas de 2.000 a 5.000 metros. En las cortas se trabajará más la potencia y en las largas el umbral anaeróbico. El descanso será de entre uno y dos minutos, para que el cuerpo siga acumulando fatiga.
Intercalando este tipo de entrenamiento en tus rodajes normales conseguirás ganar velocidad en carrera y tus marcas mejorarán. Pillarás de imprevisto a tu cuerpo y este se adaptará a esos ritmos rápidos. Ya lo decía Einstein: “si quieres obtener resultados, no hagas siempre lo mismo”. Por eso, variar el entrenamiento con intervalos nos hará corredores más rápidos.
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