Funciona igual tanto en una media maratón como en una maratón. Mucha gente puede tomarse demasiado a la ligera estas distancias y lo que comienza como un reto puede acabar en lesiones o un castigo excesivo para el corazón.
Todo el mundo debería pasar por el médico para comprobar que está en perfecto estado físico para someter a su cuerpo a 21 o 42 kilómetros de carrera. Hablamos de algo muy serio: cualquier patología cardíaca no detectada puede acabar en tragedia si nos lanzamos a ciegas a correr tales distancias.
En algunos países incluso es obligatorio presentar un justificante médico antes de correr una media maratón o una maratón, algo que es bastante lógico teniendo en cuenta el sobreesfuerzo al que nos vamos a someter.
Cuando vemos en las noticias cómo futbolistas se desploman al suelo estamos viendo reflejados muchos deportes, no sólo el fútbol. Ya de por sí ciertas patologías del corazón son difíciles de detectar pero, si ni siquiera vamos al médico, nunca tendremos la certeza de que tenemos garantías de acabar sin problemas una carreras de tales dimensiones.
Tampoco es cuestión de asustarnos y pensar que vamos a quedarnos en el intento: el porcentaje de tragedias deportivas por sobreesfuerzo no es muy alto, pero otras muchas lesiones ahí estarán acechando, y cuantos más medios pongamos para salir ilesos mejor.
Así que ya sabes, si tienes en mente hacer una media maratón o entera, pide cita a tu médico de cabecera y él, en una primera toma de contacto, te hará las pruebas pertinentes para comprobar tu estado de forma, o si lo ve conveniente te derivará al cardiólogo. Toda precaución es poca.
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