Esto es lo que ocurre en tu organismo cuando tienes un orgasmo

Los orgasmos son una de esas experiencias que casi todos los seres humanos - algunas personas tienen serias dificultades para alcanzarlo o no lo alcanzan nunca, aunque puede trabajarse y solucionarse - sentimos en algún momento de nuestra vida (o en varios) y que no diferencia por sexo, género, raza o nivel económico

Y, sin embargo, es posible que se trate de una de las respuestas corporales que menos comprendemos o que no llegamos a entender del todo. Algunas personas la comparan con los estornudos y la liberación que se siente al hacerlo. Sin embargo, las respuestas corporales y todo lo que ocurre en nuestro organismo durante el orgasmo, no se parece a ninguna otra cosa. 

Qué son los orgasmos 

Básicamente, el orgasmo supondría la culminación de la excitación sexual - que no necesariamente el fin de la relación sexual - que nos lleva a liberar la tensión acumulada durante las fases de excitación y viene acompañado por una sensación de placer intenso. 

En el caso de los hombres, el orgasmo viene acompañado por la eyaculación, expulsando el esperma, mientras que en el caso de las mujeres se pueden emitir fluidos de las glándulas de Bartolino y líquido procedente de las glándulas de Skene. Algunas investigaciones han encontrado que las mujeres padecemos contracciones uterinas que podrían tener una función reproductiva ayudando a retener el esperma en el interior facilitando la fecundación. 

La excitación tiene varias fases: se comienza por el deseo, pasamos a la excitación y la meseta, en cada una de las cuales el nivel de excitación va aumentando, haciendo que aumenten también el ritmo de nuestra respiración, el ritmo cardiaco y la presión sanguínea. Finalmente, se llega al orgasmo, donde se libera esa tensión y se pasa a la fase de resolución, devolviendo a nuestro organismo al estado en el que estaba antes de la fase de excitación. 

En el caso de los hombres, pasarían por el periodo refractario en el que, durante cierto tiempo, no pueden tener otro orgasmo. Estas diferentes fases del ciclo de respuesta sexual no tienen un tiempo concreto, sino que para cada persona - y en cada diferente relación sexual - pueden conllevar un tiempo diferente. 

Lo que sí sabemos es que, efectivamente, las fases de respuesta sexual conforman un ciclo y, tras el orgasmo y la fase de resolución se puede volver a la fase de deseo y excitación, continuando con el ciclo. 

Qué ocurre en nuestro organismo cuando tenemos un orgasmo

Ya sabemos que el orgasmo es una de las últimas fases del ciclo de respuesta sexual, en la que se libera la tensión acumulada durante las fases anteriores, dando lugar a la vuelta a la normalidad de nuestro organismo, además de cumpliendo con la función reproductiva de la sexualidad. 

Sin embargo, ¿qué es lo que ocurre en nuestro organismo exactamente durante el orgasmo? ¿por qué necesitamos la fase de resolución para volver a niveles normales y recuperarnos? ¿cuántas partes de nuestro cuerpo se ven involucradas?

Órganos sexuales

Por supuesto, los órganos sexuales son una de las partes de nuestro cuerpo que se ven afectadas por la presencia de los orgasmos. En el caso de las mujeres, la vagina se agranda ligeramente, alargándose y ensanchándose, y se lubrica. Además, ocurren las contracciones uterinas y vaginales. 

En el caso de los hombres, aumenta el ritmo de las contracciones prostáticas y del pene. Además, por supuesto, ocurre la eyaculación. 

En las mujeres, justo antes del orgasmo el clítoris se contrae hasta el 50% de su tamaño y en el momento en el que se alcanza el orgasmo este vuelve a agrandarse, aumentando su tamaño. Además, los pechos también se hinchan un poco y los pezones se endurecen, cosa que también ocurre en los hombres. 

Nuestra dermis

Nuestra piel no está exenta de los efectos de los orgasmos. En este caso, se debe al efecto que el bombeo de la sangre tiene en nuestra dermis. Al tener un orgasmo la presión de la sangre aumenta y esto se puede ver directamente en nuestra piel ya que esta se enrojece. En algunas pieles es, por supuesto, más visible que en otras, pero si nos ocurre es totalmente normal. 

Ojos 

Nuestras pupilas son grandes delatoras de nuestros estados físicos, si sabemos dónde mirar y qué buscar. En el caso de los orgasmos, las pupilas se dilatan. Esto se debe a la activación que sufre el sistema nervioso simpático. Este es el encargado, entre otras cosas, de controlar nuestras reacciones y reflejos más básicos. 

El corazón

El corazón está involucrado en cualquier cosa que hacemos y se ve afectado por nuestras actividades, por lo que no es de extrañar que la llegada del clímax afecte a nuestro ritmo cardíaco. El ritmo del corazón puede subir hasta los 90-100 pulsaciones por minuto, pudiendo alcanzar, incluso las 130 pulsaciones minuto, aunque esto ocurre . En las mujeres es posible que se alcancen hasta las 170 pulsaciones por minuto. 

La presión sanguínea también aumenta aunque, sorprendentemente, cuando más aumenta es durante la fase de meseta según algunas investigaciones. 

Los pies

Una de las partes del cuerpo que, sorprendentemente, se ve afectada por la presencia de los orgasmos son los pies. Efectivamente, cuando nuestro cuerpo libera la tensión acumulada durante el ciclo de excitación, la sensación se puede expandir por todo el cuerpo, generando espasmos musculares en los pies que, en algunos casos, pueden ocasionar calambres. 

Cerebro

Además de los órganos sexuales, el cerebro es la gran estrella durante los orgasmos. Debemos tener en cuenta que, durante las relaciones sexuales, se ven involucradas infinidad de terminaciones nerviosas y todas ellas mandan señales a nuestro cerebro. 

Esto genera que algunas zonas de nuestro cerebro se activen y otras, en cambio, se desactiven. La amígdala, el cerebelo, la glándula pituitaria y el núcleo accumbens se activan, liberando endorfinas, oxitócina y dopamina, además de influyendo en nuestro control de emociones y en las funcionas musculares, entre otras cosas.

Se activan los circuitos de recompensa, se reduce la capacidad de razonamiento y de control al inhibirse la corteza orbifrontal lateral, que se apaga por completo durante el orgasmo, y se estimula el córtex, entre otras. 

En definitiva, aunque tan solo dura unos segundos, la llegada del orgasmo supone una importante - y placentera - alteración de nuestro organismo.

Imágenes  |  Unsplash, Pexels

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