Si hay algo que me encanta de las clases colectivas es que combinan las dos cosas que más me gustan de este mundo: la música y el deporte. Pero quizás en las clases de spinning más que en ninguna otra, la música cobra una importancia especial, convirtiéndose en la columna vertebral de las sesiones.
Preguntad a cualquier instructor de clases colectivas: estoy segura de que todos ellos os dirán que tienen una biblioteca musical enorme, y con temas pertenecientes a todos los géneros musicales. Desde bandas sonoras a los últimos hits que suenan en las discotecas, pasando por remixes de clásicos y temazos de los años 80, todo tiene cabida en una sesión de spinning: sólo hay que combinarlo con el trabajo adecuado.
Primero la estructura del trabajo; después la música
Como hemos comentado en anteriores posts, lo primero que tenemos que hacer es pensar en el trabajo que queremos realizar sobre la bicicleta y diseñar la gráfica de nuestra sesión. ¿Va a ser un trabajo de resistencia muscular? ¿Va a haber sprints? ¿Haremos llanos de pie?
Una vez tengamos claro todo esto, podemos pasar a elegir la música que vamos a utilizar en la sesión. Es importante que los pasos se realicen en este orden y no al revés: hay veces que me encantaría meter un temazo que está sonando en todas las radios, pero puede que no entre dentro de una sesión en concreto. Adecuar la música al trabajo es un must para los instructores.
La biblioteca musical
Generalmente, las sesiones musicales se graban en casa, antes de realizar la clase: he tenido la suerte de trabajar con algún instructor que se la jugaba y mezclaba en directo, y la verdad es que era un espectáculo verlo. Pero para llegar a hacer eso hay que controlar muchísimo el programa de mezcla y tener muy claro cuál es el trabajo a realizar en la clase.
Mediante un programa de mezcla de sonidos (el Mixmeister suele ser como la Biblia de los instructores de spinning) creamos una secuencia musical uniendo distintas canciones. Con estos programas podemos ver cuál es la velocidad o BPM (Beats Por Minuto) de cada canción, mezclarlos o simplemente ir encadenándolos sin pausas, siempre suavizando los momentos en que se unen dos temas.
Cadencias, ritmos y tipos de trabajo
A cada BPM o velocidad de una canción le corresponde una cadencia distinta sobre los pedales. La cadencia es el número de pedaladas que realizamos por minuto (RPM o Revoluciones Por Minuto), considerando una pedalada completa la vuelta entera de un mismo pie en torno al eje, y debe encontrarse en consonancia con el BPM, aunque no tiene por qué coincidir.
Explicación práctica: el tema que os pongo a continuación, "Feel so close" de Calvin Harris, tiene un BPM de 128. Si yo utilizo una cadencia de 128 RPM, es decir, que coincida con el BPM, y realizo una vuelta entera de pedal en cada beat de la canción, estaría entrenando velocidad (es una cadencia muy alta que me obliga a llevar poca carga).
Sin embargo, también puedo "partirla" y llevar una cadencia de 64 RPM, es decir, realizar un giro completo de pedal cada dos tiempos. Seguir la cadencia de 64 RPM me permitirá meter más carga a la bici, realizando una escalada.
Sí existen unas "normas" que dicen que no se debe pedalear por encima de 110 RPM ni por debajo de 60 RPM, pero en mi opinión personal depende de muchos factores, entre ellos el objetivo que se quiere alcanzar o el nivel de los alumnos.
La motivación a través de la música
La música en las sesiones de spinning es muy importante ya que, además de la figura del instructor, es el único elemento motivador que podemos utilizar. Pedalear puede ser monótono: realizar el mismo movimiento reptitivo durante 45 minutos, y de forma automatizada, puede ser tedioso. Por eso debemos jugar con todo lo que esté a nuestro alcance para hacer las sesiones únicas, divertidas, pero sobre todo útiles.
La música nos puede dar mucho juego en una sesión de spinning: desde clases temáticas (años 80, dance de los años 90... incluso recuerdo una sesión con música de series de dibujos animados), hasta realizar "pequeños tests" a los asistentes. Personalmente, suelo meter canciones de bandas sonoras, y es el momento perfecto para ver quién es el primero que descubre a qué película pertenece el tema.
Además de como motivación, también podemos utilizar la música como herramienta de fidelización de los alumnos a nuestras clases. Bastantes veces he oído a gente decir: "las clases de Fulanito no me gustan porque su música es un rollo". Una sesión con temas acertados y bien montada puede hacer que una sesión en apariencia sencilla sea un éxito.
¿Qué música utilizar en las clases?
Pero la música también puede ser un arma de doble filo para el instructor de spinning: ¿pongo la música que me gusta a mí o la que les puede gustar a los alumnos? Antes de nada, hay que poner música que se adecúe al trabajo que vamos a realizar en cada sesión.
En cuanto a gustos, creo que todo puede tener cabida: tanto los del instructor como los de los asistentes. Lo mejor es intentar ser ecléctico para que todos podamos disfrutar de la sesión.
Eso sí, cada instructor suele tener su propio género predilecto, y esto me parece muy positivo: de esta forma se va creando una especie de marca personal que puede potenciar en cada una de sus clases.
Y a vosotros, ¿qué música os gusta escuchar en vuestras sesiones de spinning?
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