El de hoy ha sido uno de los finales más espectaculares de las Series mundiales de Triatlón. Al final es cierto eso de que la medalla de oro se decide por detalles. Y es que Jonathan Brownlee ha perdido el campeonato del mundo de triatlón por culpa de una deshidratación. A Mario Mola le ha bastado ser quinto para conseguir el título.
Cuando iba primero y solo faltaban 400 metros para llegar a meta, el menor de los Brownlee ha comenzado a tambalearse, con la mirada puesta en el infinito. De no ser por su hermano Alistair, no habría podido ni cruzar la línea de meta. Ha sido todo un espectáculo ver llegar juntos a los hermanos Brownlee en un final tan agónico.
¿Cómo es posible qué un atleta tan preparado se deshidrate?
Se hace difícil pensar que un atleta de tan alto nivel pueda sufrir una deshidratación. Todos pensamos que esas cosas las tienen controladas, pero cuando se juntan un esfuerzo extremo y condiciones climatológicas excepcionales, es fácil deshidratarse.
Con una temperatura de 30 grados y una humedad del 90%, al organismo le cuesta mucho regular la temperatura corporal, ya que la evaporación del sudor para regular nuestra temperatura se complica debido a la alta presión del vapor ambiental.
La clave está en la humedad del ambiente
La evaporación del sudor supone alrededor del 80% del calor perdido cuando estamos haciendo ejercicio físico. Cuando hace mucho calor, comenzamos a sudar, este sudor en nuestra piel se evapora debido a las altas temperaturas y es lo que evita que nuestra temperatura corporal siga subiendo.
Pero cuando la humedad es muy alta, como en el caso de esta última prueba de las Series Mundiales de triatlón en Cozumel (México), el aire ya contiene muchas moléculas de agua, el gradiente de concentración entre ambiente y sudor en la piel se reduce y con ello la capacidad del ambiente para aceptar más agua de nuestro sudor.
Por tanto, una alta humedad limita la evaporación del sudor y, con ello, la pérdida de calor. Sudamos muchísimo, pero no sirve para nada (excepto para deshidratarnos) y si no cesamos o bajamos la intensidad del ejercicio, la temperatura corporal sigue subiendo hasta que ocurre lo que hemos visto en el vídeo: nuestro cuerpo se colapsa por un golpe de calor y acabamos por perder la consciencia.
Posiblemente, la mejor final de las series mundiales de todos los tiempos
Con Jonathan primero y Mola sin entrar en el podio, el campeonato estaba asegurado para el menor de los Brownlee. Así iba a ser y así se había planeado la carrera: dejar a Mario Mola lejos en el agua y luego tirar con la bici para tener suficiente ventaja cuando se llegase a la carrera.
Todo iba según lo previsto en el tramo de carrera a falta de un kilómetro: Jonathan primero, el sudafricano Schoeman segundo y Alistar tercerto. Mario Mola lo tenía muy complicado para llegar al podio y, de acercarse, se las tendría que ver con Alistair. Todo estaba decidido.
Pero Jonathan comienza a tambalearse, está claro que algo no va bien y se intuye que no va a poder acabar la carrera. Lo pasa el sudafricano y, cuando llega a su altura su hermano Alistair, comienza lo realmente alucinante: este se para, lo agarra por el brazo y lo lleva en volandas medio inconsciente hasta la misma línea de meta.
A Mario Mola ya le bastaba su quinta posición para ganar el campeonato por solo cuatro puntos de diferencia. Uno de los finales más alucinantes y agonizantes vistos en triatlón.
Ahora os toca a vosotros decidir si este final o el de 2013 en Londres, entre Noya y Jonathan, es el mejor de la historia del triatlón (o del deporte). Por cierto, Allí también estaba Alistair en los últimos metros para alentar a su hermano, la lealtad de estos dos hermanos es increíble:
¿Por qué no descalificaron a Jonathan si su hermano le ayudó a cruzar la meta?
De no ser por Alistair, su hermano no habría cruzado la meta, o lo habría hecho en una posición mucho peor. Esto habría supuesto que el otro español, Fernando Alarza, quedara segundo en las series mundiales. La Federación española reclamó, por esto y porque, supuestamente, Alistair arrancó el gorro y las gafas a Mario Mola en el agua.
Pero la reclamación no prosperó, los jueces apelaron al apéndice K, Artículo 7, que reza así:"athletes can receive help from another athlete, Technical Official or Race Official". Vamos, que los triatletas pueden recibir ayuda de otros triatletas, así que fin de la historia.
Desde luego no es la situación idílica para ganar un mundial tal y como ha dicho Mola, ya que todos prefieren que la gente llegue en perfectas condiciones a línea de meta, pero esto es triatlón y todo puede pasar en los últimos metros. Afortunadamente, Jonathan se encuentra bien, tal y como se puede ver en su cuenta oficial de Twitter.
Parece increíble lo larga que es una temporada de triatlón y que al final se decida en los últimos 200 metros, por detalles y acompañado con gestos tan épicos como el de Alistair ayudando a su hermano a cruzar la meta. Desde luego, el triatlón es un deporte con un espectáculo increíble. Habrá que estar atentos al inicio de la próximo temporada, ahí ya estará Gomez Noya de nuevo.
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