Consecuencias de una mala digestión

Las malas digestiones es algo que está a la orden del día sobre todo en épocas en las que sometemos a nuestro aparato digestivo a una gran presión debido a la cantidad de alimentos que ingerimos, como es el caso de la Navidad.

Es importante que a lo largo del todo el año mantengamos una dieta saludable para evitar las digestiones pesadas, aunque en Navidad tenemos que prestar especial atención, y es que una mala digestión nos afecta en todos los aspectos de nuestra salud, ya que nos hace sentirnos mal, no asimilar correctamente los nutrientes, desajustes intestinales y estomacales...

Las malas digestiones se producen cuando nuestro sistema digestivo no se encuentra en buenas condiciones o ingerimos un tipo de alimento que no es apto para la ingesta. En este momento el proceso digestivo se convierte en un imposible que trascurre lentamente y que tiene varias consecuencias para el organismo. Una de las que más destaca es la mala asimilación de las proteínas derivada de una mala digestión.

Cuando el sistema digestivo no realiza bien su función, las proteínas no se transforman adecuadamente por lo que el cuerpo no las aprovecha en su totalidad y pueden llegar a desencadenar un proceso alérgico tanto en nuestra piel como en las paredes del intestino que se podría inflamar. Pero no solamente las malas digestiones afectan a la asimilación proteica, sino que el resto de nutrientes como las grasas y los hidratos de carbono tampoco serán bien absorbidos.

Concretamente las grasas se asimilan en el intestino al igual que los hidratos de carbono y las proteínas, que terminan de asimilarse totalmente en esta parte del aparato digestivo. Las grasas se asimilan mediante una enzima que segrega el páncreas y que se conoce como lipasa, además de la bilis. Cuando estas sustancias no se encuentran en los niveles adecuados, las grasas no se descomponen correctamente y el intestino no es capaz de asimilarlas dando lugar a déficit en los niveles de ácidos grasos esenciales y en las vitaminas liposolubles como la A, D y E.

Pero el mal estado del intestino no solamente afecta a las grasas, sino que la asimilación de los nutrientes será deficiente. Para que aprovechemos al máximo lo que ingerimos es importante que tengamos una buena flora intestinal, buena salud de las mucosas que recubren el intestino y una rápida eliminación de las sustancias de desecho que se generan en el intestino. Para conseguirlo es importante que ingiramos Lactobacillus o bifidubacterias que encontramos en productos lácteos como el yogurt o el queso.

Es importante que tengamos esto en cuenta a la hora de ingerir alimento, pues una mala digestión puede desencadenar en otra serie de problemas como diarreas, falta de nutrientes, déficit vitamínico... Por esto es importante que cuidemos el sistema digestivo, ya que es la principal vía de alimento del organismo, y de su buen funcionamiento depende nuestra salud.

Imagen | SXC

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