Flores comestibles para un mayor aporte vitamínico

En primavera todo a nuestro alrededor se llena de flores de vivos colores. ¡Qué bonitas resultan a la vista! pero nunca os habeís preguntado ¿qué buenas pueden llegar a ser para nuestro paladar.?.. Si, desde luego que las flores se comen. Además de ser algo precioso para la vista es un manjar suculento para el gusto.

En la cocina actual se está extendiendo su uso tanto para decorar platos como ingrediente en ensalas, y es que su agradable sabor y sus numerosas virtudes hacen que sea el complemento ideal para nuestros platos. Además su textura y colorido dan un toque diferente y novedoso, y no sólo por su aspecto exótico, sino porque son una gran fuente de nutrientes para nuestro organísmo.

Hay que destacar su alto contenido en proteinas, almidones, aminoácidos, vitaminas A, B, C, E y minerales que podemos encontrar en variedades como las rosas y las flores amarillas de la calabaza, que son las variedades más utilizadas. Pero el abanico de posibilidades se abre con otras especies como las amapolas, claveles, azahares, crisantemos, malvas, pensamientos, jazmín, gladiolos, salvia o violetas...No hay que olvidar que además de aportarnos esta cantidad extra de nutrientres, son bajas en grasa, por lo que nos ayudan a llevar una vida sana.

Cada vez son más utilizadas en cocina, aunque en China se llevan usando los pétalos de flores desde hace siglos. Hoy en día las podemos encontrar en tiendas especilizadas y en herbolarios, pues deben estar limpias de pesticidas y abonos quimicos. Si utilizaís las que teneís en el jardín, no olvideís servirlas limpias, y que se comen crudas y sin los estambres y los pistilos que tienen un sabor amargo.

Desde aquí os animamos a descubrir nuevos sabores. Comprobareís la gama de gustos que tienen las flores, pues van desde el dulce al ácido del cítrico. Pero sea como sea la ingesta de flores es un espectáculo en todos los sentidos.

Vía | Nutrición Pro

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