Huesos y músculos más fuertes comiendo setas

Con el otoño llega un alimento típico de esta época, las setas. Son uno de los frutos naturales que más adeptos tienen, y no solamente por su sabor, sino por lo que la seta implica, y es que existe toda una cultura a su alrededor. Aunque no debemos olvidar que es un alimento que el otoño pone a nuestra disposición y que viene cargado de nutrientes para nuestro organismo.

La seta casa con todo tipo de platos. Es un alimento bajo en grasa y rico en nutrientes que nos ayudan a mantener nuestro cuerpo en perfectas condiciones. Un alimento delicioso para el paladar pero lleno de beneficios.

Antes de nada debemos destacar la importancia de saber elegir las setas correctas. Es un alimento apreciado desde hace siglos que nos brinda la naturaleza, pero al igual que es muy bueno para nuestro organismo, puede ser perjudicial porque hay muchos ejemplares y tipos de setas que son venenosas y pueden hacernos mucho daño. Por esto antes de recolectar setas debemos conocer los diferentes tipos que existen.

En la naturaleza existen muchos tipos de setas comestibles, y todas ellas nos aportan grandes cantidades de agua. Son una buena forma de hidratar nuestro organismo, ya que su composición las hace ser pequeños depósitos de agua. No debemos olvidar que entorno al 40% de su composición es agua.

Un componente importante de las setas es el ergosterol, que al entrar en contacto con la luz solar se convierte en provitamina D2, que ayuda activamente en la mineralización de huesos y dientes, así como en la absorción del fósforo y el calcio. Esto hace que las setas sean un buen aliado para luchar contra la osteoporosis, ya que ayudan a que consigamos unos huesos más fuertes.

Debemos destacar su alto contenido en vitamina B2 o riboflavina, que interviene directamente en la creación de glóbulos rojos. Un nutriente que convierte a las setas en un alimento muy recomendado en dietas en las que el hierro escasea. A esto debemos sumar el alto contenido en minerales que tienen, y es que son una fuente de fósforo, potasio y yodo cuyo papel principal es la regulación del metabolismo, la formación de huesos y dientes, y el equilibrio celular.

La vitamina B3 o niacina también es otro componente presente en las setas. Es un nutriente que interviene directamente en el metabolismo de las proteínas y las grasas, haciendo que saquemos el máximo provecho de ellas. Esto las convierte en un alimento importante para todo tipo de dietas, y en especial en dietas deportivas en las que la demanda proteica es mayor.

Es importante saber seleccionar bien las setas que vamos a comer, siendo muy apreciadas las de cardo, chopo o nízcalos. A esto hay que sumar la correcta preparación de las mismas para conseguir mantener el máximo de nutrientes, así como extraer todo el sabor de un alimento muy apreciado en gastronomía.

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