Tras una sesión de entrenamiento las reservas del organismo se gastan y tus músculos quedan algo dañados. Así, tan importante es hacer un buen entrenamiento como recuperarte de este. Veamos algunas consideraciones para recuperar antes y mejor.
Lo primero después de un buen entreno es realizar ejercicios de estiramiento, ya que la solicitación muscular hace que estos queden encogidos en cierto grado, esto también ayudará a aumentar el riego sanguíneo en la zona y retirar metabolitos.
Una buena hidratación también es un punto clave en la recuperación, aunque hayas bebido durante el entrenamiento tu cuerpo seguirá necesitando líquido por el calor acumulado. Lo mejor es beber agua o bebidas isotónicas que te ayudarán a recuperar el estado hidroelectrolítico.
En cuanto a la alimentación, después de hacer actividad física los depósitos energéticos se vacían y el cuerpo está más receptivo para captarlos, sobre todo durante las dos horas siguientes de finalizar la actividad. Es aqui cuando hay que saber con qué llenar esos depósitos. Un aporte de hidratos mediante pastas, pan, plátanos, etc. devolverá los niveles adecuados de este combustible inmediato, mientras que las proteínas aportarán el material necesario para la regeneración muscular (si se consumen carnes es aconsejable que tengan bajo contenido en grasa).
También es importante un aporte de frutas y verduras para dar al organismo las vitaminas y minerales que se necesitan en los procesos de recuperación y regeneración, incluyendo también los necesarios antioxidantes.
En resumen, un buen entrenamiento no es sólo el trabajo en el gimnasio, sino también lo que viene después: alimentación, descanso, estiramientos. Esto hará que al día siguiente nuestro cuerpo pueda afrontar otra sesión de entrenamiento en plenas facultades, y así podremos ir mejorando.
Vía | Esdieta