Un grupo de científicos de la Universidad Autónoma de Barcelona han relacionado una mutación del denominado gen K-ras con la ingesta de lácteos. El gen en cuestión actúa a modo de interruptor activando las proteínas responsables en la propagación del cáncer de páncreas.
Las mutaciones del gen K-ras son las más comunes en el conjunto de los distintos tipos de cáncer humano, aunque actúa de manera más significativa en el páncreas. El cáncer de páncreas es una enfermedad catalogada como muy grave debido a su alta mortalidad, hasta ahora era bastante desconocida por los expertos, pero el nuevo descubrimiento representa un paso muy significativo para comprender su funcionamiento y luchar contra él.
Este tipo de mutación no es consecuencia de la herencia genética que recibimos, es decir, se desarrolla siendo el desencadenante de la enfermedad. En el estudio los expertos tomaron los datos de un centenar de pacientes que presentaban cáncer de páncreas, varios cuestionarios sobre sus hábitos de vida, tipo de alimentación y frecuencia de la ingesta de determinados productos.
Los resultados mostraron que esta mutación estaba mayoritariamente presente entre los enfermos que habían disfrutado de los lácteos y sus derivados en su dieta diaria. Determinados componentes de nuestra alimentación o posibles contaminantes químicos presentes en los alimentos, como pueden ser los herbicidas, plaguicidas y demás productos químicos utilizados en la industria agroalimentaria, pueden afectar seriamente al buen funcionamiento de nuestro organismo.
El siguiente paso sería conocer el desencadenante presente en los productos lácteos para que K-ras mute, pero todavía quedan muchas incógnitas por desvelar, ya que algunos pacientes no presentan la mutación y sin embargo la enfermedad si.
Como siempre suele ocurrir, de rebote se realizan otros descubrimientos, en este caso se ha determinado la relación entre el consumo de vitamina E y una menor incidencia de la mutación, lo que indicaría que la vitamina en cuestión podría ser un eficaz agente preventivo. Sería interesante introducir en nuestra dieta diaria la soja, los aceites vegetales o el brócoli, alimentos que aportan a nuestro organismo considerables cantidades de vitamina E.
Vía | AZ Prensa Más información | Universidad Autónoma de Barcelona Más información | Journal Epidemiology & Community Health Más información | Wikipedia