Estamos habituados a ver anuncios de complejos vitamínicos que nos recomiendan un aporte extra de este nutriente en cualquier época del año. En la actualidad muchas son las personas que echan mano de ellos para sentirse mejor, pues creen que es lo correcto, pero lo que no saben es que un exceso de vitaminas puede ser igual de nocivo que un déficit.
Todos sabemos la importancia que las vitaminas tienen para el buen funcionamiento del organismo. Es importante que lo dotemos de las cantidades diarias que necesita para poder llevar a cabo sus funciones vitales, si no es así los órganos dejarán de funcionar correctamente y podemos desarrollar alguna enfermedad. Pero el exceso de vitaminas puede acabar por tener similar efecto, ya que demasiada cantidad puede suponer toda una intoxicación orgánica.
En la actualidad está a la orden del día el consumo de suplementos vitamínicos que mucha gente ingiere para compensar los déficit de una dieta alimenticia, cuando realmente no es así, ya que deberíamos ingerir las vitaminas a través de los alimentos, por ser la vía más segura de obtenerlas. Ya sabemos que las frutas y verduras son una importante fuente de vitaminas, por lo que ellas deben ocupar nuestra dieta y no los suplementos, que pueden acabar por aportarnos un exceso de nutrientes.
La mayoría de estos suplementos incorporan además cantidades de minerales que en exceso también pueden acabar por causarnos más perjuicios que beneficios. Hay que tener en cuenta que no todas las vitaminas en exceso tienen efectos nocivos sobre el organismo, ya que muchas de ellas se eliminan directamente, pero en cambio existen otras que se quedan en el organismo, se acumulan y pueden llegar a causar algún que otro trastorno.
Algunos ejemplos de vitaminas que se eliminan por la orina los tenemos en la vitamina C, mientras que otras como la A, la D o la K se acumulan en el organismo y pueden causar algún que otro desaguisado. La vitamina A consumida en cantidades razonables es fundamental para el buen funcionamiento de la visión y los tejidos, mientras que en exceso se la relaciona con la tendencia del organismo a sufrir osteoporosis, visión borrosa, pérdida de peso, falta de apetito...
El exceso de vitamina D es el causante de una debilidad general, ya que los músculos se ven afectados por este exceso, pues pierden fuerza. Junto a esto padecemos vómitos y diarreas, con todo lo que esto supone para le organismo. En el caso de la vitamina K su acción en condiciones normales es la de ayudarnos a cicatrizar y parar las hemorragias, pero en exceso puede ser la causante de anemias y hasta cabe la posibilidad de que llegue a verse afectado el hígado por este exceso.
Es importante que tengamos esto en cuenta con estos sencillos ejemplos de posibles efectos, ya que la nutrición no es un juego en el que tengamos que ganar puntos mediante la ingesta de suplementos, que realmente son una ayuda en algunos tipos de personas que no siguen una dieta correcta por algún motivo en especial y necesitan echar mano de este tipo de ayudas para así poder mantener un cuerpo en perfectas condiciones. Por lo demás es preferible obtener las vitaminas a través de los alimentos.
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