El invierno es sinónimo de resfriados y gripe, dos enfermedades que nos suenan mucho y que nos hacen tener un malestar general que nos impide realizar nuestra vida con normalidad durante unos días. Cuando caemos enfermos poco se puede hacer ya, puesto que debemos pasarlo sin más. Lo importante a la hora de evitar estas enfermedades es la prevención. Desde siempre se ha dicho que la vitamina C es la mejor vacuna contra el resfriado, pero en la actualidad, y debido a nuevas investigaciones, la vitamina D ha empezado a ganar posiciones.
Todos tenemos claro que una alimentación sana, en la que incorporemos grandes cantidades de vitaminas es una buena manera de evitar algunas enfermedades, puesto que son una de las mejores maneras de protección que existe. Por este motivo el aporte vitamínico debe ser el adecuado día a día, aunque es necesario que tengamos claro para qué sirve cada una de ellas.
Según nuevas investigaciones llevadas a cabo por la Universidad de Colorado, el hospital general de Massachusetts y el hospital infantil de Boston, la vitamina D sería una pieza importante en la prevención de los resfriados y las enfermedades típicas de esta época del año. Con esta afirmación la vitamina C deja de tener tanta importancia y ya no monopoliza la prevención de los resfriados, sino que la debe compartir con la vitamina D que debemos saber como actúa.
La vitamina D no la puede asimilar el organismo por sí solo, ya que necesita de la acción de los rayos del sol para absorberla. Por ello es necesaria la exposición al astro rey. Cuanto menos nos de el sol menor cantidad de esta vitamina tendremos. Según este estudio se detectó que las personas que habían padecido un resfriado recientemente tenían niveles de vitamina D muy bajos. Estas personas eran habituales de padecer resfriados en cualquier época del año.
Esa apreciación ha revelado la posibilidad de que la vitamina D sea además un potenciador del sistema inmunológico del organismo como lo es la vitamina C, es decir, con ella aumentan las defensas del organismo haciendo que tengamos mejor predisposición ala hora de hacer frente a los ataques del exterior.
Según el estudio, este dato se agrava más en personas que ya sufren o padecen una enfermedad respiratoria. y es que en ellas la acción de los resfriados y gripes es mayor que en el resto si tienen carencia de vitamina D. Es cierto que los datos de este estudio están a la espera de una valoración clínica, pero de momento nos dan la pista de una posible acción más de una de las vitaminas más necesarias en el cuerpo, ya que es la encargada de la fijación del calcio por parte del organismo.
A partir de ahora debemos tener presente el papel de una vitamina que solamente asimilaremos si hacemos que nos de el sol durante unos pocos minutos al día independientemente de que sea invierno o verano. Es cierto que cuando hace frío no nos apetece tanto salir, pero es necesario que nos de un poco el sol a lo largo del día para evitar terminar el invierno con niveles mínimos de vitamina D, que además de poder influir a la hora de contraer resfriados, puede ser el detonante del debilitamiento de nuestros huesos.
Vía | Runners Imagen | dimshik
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