Cambios drásticos del cine: Robert de Niro (III)

Retomamos nuestra serie de cambios drásticos del cine y esta vez para contar el proceso del cambio físico que protagonizó el gran Robert de Niro para su papel en la película Toro Salvaje, de Scorcese.

Los cambios físicos de determinados actores por exigencia del guión, como podéis comprobar, vienen de tiempo atrás, como es el caso de Robert de Niro, que consiguió un cambio espectacular de 27 kilos para esta película, en el año 1980.

En anteriores transformaciones de las que hemos hablado en Vitónica, tanto en el caso de Matthew McConaughey en Dallas Buyers Club, como en el de Christian Bale para su papel en El Maquinista, ambos actores llevaron a cabo una pérdida de peso espectacular.

En el caso de hoy, Robert de Niro fue capaz de ganar ni más ni menos que casi 30 kilos para poder desempeñar a la perfección su trabajo en Toro Salvaje, cambio físico que le dejó prácticamente irreconocible.

La película

Y es que, Robert de Niro es uno de esos actores que no sólo le basta con representar su papel, sino que realmente consigue meterse dentro del personaje. Ya para la película de New York, New York, el actor impartió clases para aprender a tocar el saxofón y para su interpretación en El Padrino, Robert de Niro llegó incluso a estudiar el propio dialecto siciliano.

Para su papel, en Toro Salvaje, de Jake LaMotta (un boxeador de peso mediano italoestadounidense con una vida turbulenta), Robert de Niro, tuvo que engordar esos 27 kilos, para dar auténtica credibilidad al declive físico que protagoniza el mítico boxeador a lo largo de la película.

Y es que de Niro ya apostó fuerte por este film varios años antes de ser rodado. Cuando el actor protagonizaba la segunda parte de El Padrino (1974), fue la primera vez que leyó la autobiografía de Jake LaMotta, y le llevó más de 4 años convencer a Martin Scorsese para producirla.

La insistencia le valió la pena, y es que el actor, gracias al potencial del papel y a su magnífica interpretación, se alzó con el Oscar a Mejor Actor, estatuilla que lo consagró definitivamente como uno de los mejores actores de Hollywood.

Su preparación para el papel

Engordar 27 kilos en el plazo de 4 meses que duraba el rodaje de la película, era el reto del actor para conseguir una interpretación perfecta del declive físico de Jake LaMotta, pero antes de esto, De Niro tuvo que dar vida a un joven boxeador, por lo que tuvo que entrenar duramente su cuerpo y dar exhaustivas clases de boxeo.

Para dar credibilidad absoluta a su papel de boxeador, el actor se entrenó de tal modo que incluso llegó a pelear en tres combates reales en Brooklyn, consiguiendo dos de las tres victorias posibles.

Según avanzaba el rodaje, Robert de Niro, tenía que conseguir un cambio espectacular, y pasar de lucir una notable musculatura propia de un boxeador, al comienzo del film, a acabar adquiriendo una voluptuosa y obesa figura al final de la película.

Para conseguirlo, durante gran parte del rodaje, su dieta consistió en tres copiosas comidas al día, desayuno, almuerzo y cena, donde no escatimó en pizzas, hamburguesas y pasteles a su antojo, y todo ello, acompañado de un sedentarismo prácticamente total.

Su récord

Además de conseguir la estatuilla de la academia, Robert de Niro, ostentó el récord de "Más peso ganado para una película" hasta el año 1987, cuando se lo arrebató el actor Vincent D'Onofrio gracias a su papel en La Chaqueta Metálica de Stanley Kubrick.

Se rumorea, que no fue fácil para Robert de Niro volver a recuperar su peso inicial tras acabar el rodaje, e incluso se dice que al actor padeció una depresión debido a lo complicado que le resultó.

Aunque ésta, no sería su última transformación física por exigencias del guión, dando vida años más tarde al gran "Al Capone" en Los Intocables de Eliot Ness o volviéndose a poner en forma para El cabo del Miedo.

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