El gigante de los refrescos ha irrumpido en el mercado lácteo con una leche premium llamada Fairlife. Tiene más proteínas y calcio y menos azúcares, grasa y sin lactosa. Por eso, hoy, la pregunta de la semana no podía ser otra que:
¿Qué os parece Fairlife, la nueva leche de Coca-Cola?
Como siempre, os agradecemos que vuestras respuestas y opiniones las deis en la sección de Vitónica respuestas.
A nadie que le interese el mundo de la alimentación ha dejado indiferente esta noticia. ¿Necesitaba Coca-cola dar una imagen un poco más saludable con este tipo de producto o es solo una estrategia para diversificar sus ganancias?
Para mí es una mezlca de ambas cosas. El gigante de los refrescos es listo y sabe que los azúcares no gozan de buena fama últimamente, y parece que esta opinión ha llegado para quedarse. Con esta leche premium intentar vender algo digamos más "saludable".
Su composición nutricional está acorde con lo que hoy se considera un buen equilibrio de macronutrientes: baja en azúcares, sin lactosa, rica en proteínas y con menos grasa...la combinación perfecta para vender un producto que cumple con los "cánones saludables". Eso sí, al doble de precio.
Solo el tiempo dirá si le sale bien la jugada y si los consumidores aceptamos bien este "alimento". Por lo pronto, aquí en España no la podemos probar, pero sí opinar: ¿qué os parece?
Respuestas a la pregunta de la semana pasada: ¿Te has sentido siempre apoyado cuando has querido mejorar tus hábitos de vida?
Una cuestión muy importante la que nos planteaba la semana pasada José Alberto. Muchas veces decidimos mejorar nuestros hábitos de vida y las personas que nos rodean son muy importante a la hora de determinar ese éxito. La respuestas más interesante a la pregunta ha sido la de gremlina, una respuesta larga, pero que merece la pena leer:
Por desgracia, nunca me he sentido apoyada. No sólo no apoyada, sino que mi entorno siempre me ha desanimado activamente, por decirlo de alguna manera. Eso hace que mis logros sean sólo míos, pero me da mucha tristeza pensar que otras personas (más débiles, en otras circunstancias, o lo que sea) puedan dejar de hacer deporte y de cuidarse por la presión social. Yo me he conseguido mantener (llevo 10 años haciendo deporte suave 5 veces a la semana durante una hora) y puedo decir que el cambio que se ha producido en mi físico ha sido muy positivo, pero psicológicamente me ha aportado aún más cosas: mi fuerza de voluntad, capacidad de esfuerzo y constancia se han multiplicado. Las dificultades, al final, han sido casi una bendición porque me han hecho más fuerte e independiente. Os cuento, cuando yo empecé a hacer deporte mi familia me hacía comentarios como que por qué iba al gimnasio si tenía novio (No le busquéis explicación a este comentario, yo tampoco lo entiendo), por qué malgastaba mi tiempo y mi dinero en el gimnasio si ya estaba delgada (siempre lo he estado) o por qué no me dedicaba a otras cosas más productivas. En una persona joven como yo era entonces, 18 años, y unido a que ninguna de mis amigas hacía deporte, podría haber sido devastador, ¿no creeis? No en mí, yo seguí… Aun cuando todas mis amigas se desapuntaron al mes del gimnasio y pasaban las tardes fumando y perdiendo el tiempo. Cuando empecé a comer “bien” introduje más fruta y verdura en mi dieta, té verde e infusiones, eliminé (progresivamente) dulces, bollería, pan blanco, arroz blanco, grasas perjudiciales, TODO el mundo de mi alrededor me criticaba: que si era anoréxica, que si estaba obsesionada con la comida, que si el arroz blanco no me iba a matar (ya sé que no me va a matar, a veces lo como :P), que era muy rara si no comía tarta en los cumpleaños que semanalmente celebrábamos y postres varios en todas las comidas, que si no preparaba comida “de verdad” mis hijos se “morirían de hambre”, etc. Además, como apenas como carne (por amor hacia los animales pero también por la mala calidad de las carnes no ecológicas) se alarmaron pensando que mis comentarios sobre el sufrimiento animal eran (o son, mejor dicho) un ataque frontal a su forma de ser (no soy una persona beligerante, si decía algún comentario era en un tono suave expresando mi opinión). Ahora ya me da igual. Yo sé lo que hago y creo firmemente en mi forma de vida basada en cuidar mi salud, estar activa y no dejar mi alimentación en manos de grandes corporaciones que buscan su beneficio propio (están en su derecho, pero yo tb lo estoy en buscar el mío) ¿Sabéis lo mejor de todo? Esas personas que hace 10 años me hacían comentarios han seguido mi “estela” y, a menor velocidad que yo, han comenzado a hacer un poquito de deporte (hasta algunos se han apuntado al gimnasio), han eliminado el azúcar de su dieta, les gusta comer aguacate y verdura (como a mí) y se preocupan cada vez más de que el pan que comen sea de centeno integral. También han reducido su consumo de grasas saturadas y de mala calidad, haciéndome preguntas d No me dan las gracias, pero yo lo veo y me alegro. Siempre he sido un agente precursor de cambio y, aunque a veces ha sido un poco difícil, ha merecido la pena..puedo decir que en salud y fitness soy lo que soy a pesar de mi entorno, no gracias a él, pero creo que he conseguido algo muy valioso: un cambio permanente en mí y en los demás, un cambio que pasará a través de las generaciones (espero) En estos temas, cuando se habla del entorno, me gusta esta frase que dice: El hombre razonable se adapta al mundo; el irrazonable intenta adaptar el mundo a sí mismo. Así pues, el progreso depende del irrazonable. George Bernard Shaw (No es que yo haya sido irrazonable per se, sino que he sido percibida así por unas mentes tradicionales)
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