El frío y las bajas temperaturas de esta época del año son en muchos casos un impedimento a la hora de beber líquidos fríos como el agua. Nuestro cuerpo no traspira tanto y por lo tanto la demanda del organismo de estas sustancias no es tan elevada. Como ya sabemos, la ingesta de líquidos es necesaria para mantener una buena salud general. Por este motivo vamos a dar algunos consejos para mantener las cantidades recomendadas para cada jornada y mantenernos perfectamente hidratados.
Lo recomendable para conseguir un buen funcionamiento de nuestro organismo es consumir alrededor de dos litros de líquidos al día. Esta cantidad es la mínima para mantener una perfecta hidratación corporal, pero no siempre se cumple, y mucho menos cuando el frío aprieta y beber ayuda a que la temperatura de nuestro cuerpo disminuya. Por ello es necesario que siempre seamos capaces de buscar alternativas y saber cómo reaccionar.
Agua del tiempo
En primer lugar podemos optar por utilizar agua del tiempo, como se suele conocer comúnmente al agua que dejamos fuera de la nevera en una botella de cristal para no contaminarla. Esta agua lo podemos mantener a temperatura ambiente simplemente sacándolo o cogiéndolo del grifo una hora antes de beberlo. Esta es la solución más habitual y es una de las mejores maneras de controlar la cantidad que bebemos, pues las botellas nos ayudarán a medir lo que ingerimos.
Infusiones
Otras opciones más apetecibles en esta época del año es la ingesta de líquidos calientes que nos ayudarán a mejorar la temperatura corporal y vencer de este modo el frío que hace en el ambiente. Una de las formas más recurrentes de ingerir líquidos es mediante la toma de infusiones. Las infusiones están preparadas a base de hierbas secas mezcladas con agua caliente. Estas hierbas nos darán una serie de propiedades entre las que destacaremos vitaminas y antioxidantes, además de una serie de beneficios medicinales que nos ayudarán a mejorar el estado general del organismo.
Las infusiones nos ayudarán a hidratarnos de manera completa, ya que casi el cien por cien de su composición es agua, siendo una de las mejores maneras de aumentar la temperatura corporal y mantener la hidratación. Pero es importante variar los tipos de infusiones, además de evitar las que contienen excitantes como la teína o la cafeína.
Sopas
Otra opción muy recomendable son las sopas. La sopa, a diferencia de las infusiones se considera un alimento, y como tal se suele servir a la hora de la comida. Pero al igual que la infusión, la sopa está elaborada a partir de agua caliente, por lo que es una gran opción a la hora de hidratar nuestro cuerpo en invierno a la vez que lo calentamos frente al frío. A diferencia de las infusiones, la sopa contiene una serie de nutrientes que nos aportarán alimento y mejorarán nuestra salud a la vez que aportamos las dosis de líquido diarias.
La sopa, al igual que las infusiones nos ofrecen infinidad de posibilidades en lo que a su preparación se refiere, por ello es necesario que utilicemos nuestra creatividad y experimentemos con ingredientes como las verduras, la carne o el pescado que nos ayudarán a enriquecer mucho más este alimento mientras hidratamos nuestro cuerpo sin apenas darnos cuenta. A pesar de todo es fundamental que en invierno no bajemos la guardia en lo que a hidratación se refiere, y procuremos mantener los niveles adecuados en nuestro cuerpo.
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