La flexibilidad es una cualidad que en muchos casos está determinada por la genética y la predisposición que nuestro organismo tiene para adquirirla mediante la práctica. Pero existen otras variables que la determinarán, por ejemplo la alimentación ocupa un papel importante. Como ya sabemos los alimentos son un aliado de nuestro organismo para conseguir mejorarlo y reforzar algunas partes del mismo. En el caso de las articulaciones y los músculos es importante que éstos reciban la dosis de nutrientes que necesitan para funcionar. Muchos alimentos nos las aportan, y además contribuyen a que las fibras sean más flexibles y capaces de estirarse, aumentando de esta manera la flexibilidad general del cuerpo.
Principalmente debemos ingerir alimentos que permitan un correcto drenaje de las articulaciones, evitando la retención de líquidos y la inflamación de estas zonas, ya que si esto se produce nuestra movilidad se verá reducida enormemente. Algunos alimentos que nos ayudan a mejorar el drenaje corporal son frutas y verduras como la piña, la sandía, el melón... que tienen efectos diuréticos que a la larga se acaban notando en la disminución de la retención de líquidos del organismo. La cola de caballo es otra planta reconocida por su alto poder diurético y depurativo del organismo. La inflamación articular es otro problema que afecta directamente a la flexibilidad. Para evitar la inflamación en las articulaciones debemos ingerir alimentos antiinflamatorios. Un ejemplo son los ácidos grasos omega-3 que encontramos en pescados azules como el salmón o el atún, y que ayudan a mejorar el estado de las articulaciones. Lo mismo sucede con algunas especias que debemos utilizar en la elaboración de nuestras comidas. Algunas como el curry son destacables, debido a su alto contenido en cúrcuma, un componente que podría intervenir en la conservación del cartílago, Otras plantas como el jengibre o la cebolla contienen efectos antiinflamatorios que nos ayudan a mejorar el estado de las articulaciones y aumentar así su predisposición a ser más flexibles. En el caso de la cebolla contiene altas dosis de zinc y selenio que mejoran los tejidos corporales y la conectividad de los mismos, aumentando así su movilidad. El aceite de oliva es también otro de los alimentos recomendados para mantener bien lubricadas las articulaciones para así aumentar su movilidad. Para conseguir una flexibilidad total es importante mantener bien hidratados los tejidos, y por ello la ingesta de líquidos es fundamental. El agua es la base de esta hidratación y por ello es necesario que la ingiramos a lo largo de todo el día. La alimentación puede hacer mucho por nuestra flexibilidad, pero también es importante entrenarla con estiramientos y ejercicios que nos hagan progresar y mejorar nuestras marcas.
Vía | Sportlife Imagen | LotusHead
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