Para muchas personas, el confinamiento obligado por causa de la pandemia de coronavirus y la instauración del Estado de Alarma en España ha significado comenzar a teletrabajar quizás por primera vez en su carrera laboral.
Aunque para algunas personas el teletrabajo pueda parecer o sea la situación ideal, para otras muchas puede resultar complicado manejar el cambio de rutinas, la diferencia en la forma de trabajar (más videollamadas, sin personas alrededor con las que hablar, etc.), o compaginar el teletrabajo con tener también a los niños en casa.
Según indican algunos estudios, el teletrabajo mal gestionado puede aumentar los niveles de estrés, soledad y miedo y hacernos más vulnerables a la ansiedad. Todo esto se puede combinar con la ansiedad propia de la cuarentena y la incertidumbre generada por el coronavirus. Seguir trabajando, aunque sea desde casa, puede ser de gran ayuda para mantener una rutina y distraernos, pero es interesante que sepamos qué hacer para reducir el estrés propio del teletrabajo.
Ducharnos y vestirnos aunque trabajemos en casa
Una tendencia habitual en aquellas personas que empiezan a trabajar desde casa es aprovechar para hacerlo en pijama. Los dos primeros días puede parecer una buena idea, pero cuando llevamos varios días sin ducharnos o sin vestirnos, ni siquiera para trabajar, puede acabar generando la sensación de no salir del bucle.
Ducharnos y vestirnos nos ayudará a entrar en el modo de trabajo, a seguir generando esa rutina laboral y a sentir que, aunque no salgamos de casa, hay un cambio en nuestro día. Puede, incluso, ayudarnos a ser más productivos. La idea es mantener el mismo patrón que seguimos cuando vamos a trabajar normalmente y esto incluye vestirse.
Montar un lugar temporal que sea solo de trabajo
Uno de los problemas que pueden surgir cuando tenemos que trabajar por primera vez en casa es que no tengamos un lugar específico en el domicilio preparado para ello. Esto provoca que acabemos trabajando en el sofá o en otro lugar inapropiado.
Esto no solo es poco adecuado para la posibilidad de mantener una buena postural corporal y así evitar dolores de espalda y cuello, sino que puede influir en que nos desconectemos por trabajar en el mismo lugar que descansamos o tenemos ocio.
Por ello, lo ideal es que montemos temporalmente un lugar, aunque sea un rinconcito, que solo usemos para trabajar. Allí colocaremos el ordenador y todo lo que necesitemos para trabajar. Esa zona solo la usaremos para trabajar, por lo que en cuanto terminemos el horario trabajo dejaremos de usarlo. De esta manera, aunque sea en la misma casa, podremos crear dos espacios: uno de trabajo y otro de descanso y ocio. Esto nos ayudará a desconectar.
Mantener un horario laboral fijo
Que estemos teletrabajando no significa que tengamos que trabajar durante todo el día. Es importante que sigamos manteniendo una rutina para reducir nuestros niveles de ansiedadhttps://www.vitonica.com/wellness/luchar-ansiedad-que-nos-puede-generar-cuarentena-abrazarla-mejor-consejo-psicologico-tolerarla y esto incluye al trabajo. Lo ideal es que mantengamos el horario de trabajo que teníamos antes.
Ese es el tiempo que dedicaremos a trabajar. Durante esas horas recibiremos las videollamadas que correspondan, atenderemos los mensajes de trabajo, etc. Una vez termine ese horario, lo recomendable es apagar y desconectar, cambiar de espacio y dejar de atender a cosas del trabajo.
Hacer uso de aplicaciones para mantener el contacto con compañeros
Cuando trabajamos fuera de casa lo habitual es que lo hagamos con otras personas y cuando estamos trabajando en casa, especialmente si vivimos solos, es posible que el silencio y la sensación de soledad aumenten nuestros niveles de estrés.
Por suerte, existen programas y aplicaciones que nos ayudarán a mantenernos en contacto con nuestros compañeros de trabajo y tener cierta sensación de grupo. No solo con el uso de videollamadas - que pueden ser complejas cuando se trata de un grupo muy grande - sino con el uso de otras aplicaciones como Slack que permiten organizar grupos grandes y ayudarles a comunicarse.
Crearnos un planning y mantener la organización y los horarios tanto como podamos
Salir de nuestra rutina habitual y no tener una organización laboral que nos indique qué es lo que tenemos que hacer cada día, o en qué horario hacer cada cosa, puede conllevar que nos encontremos un poco perdidos y seamos menos productivos de lo habitual.
Por ello es buena idea hacernos con una agenda y organizar el día laboral. A qué hora nos vamos a levantar, cuánto tiempo vamos a dedicar al desayuno, a qué hora empezaremos a trabajar y qué tareas tenemos que hacer en cuánto tiempo. Los horarios en los que vamos a hacer un descanso, o salir a comer y durante cuánto tiempo, etc. Cuanto más lo planifiquemos más sencillo será seguir el orden, cumplir con horarios y ser productivos. Así no nos encontraremos con tener que hacer más horas por no haber terminado el trabajo que teníamos que hacer.
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