En tu dieta, en tu bienestar o en tu salud en general se han introducido en los últimos años una serie de términos de la mano del marketing y la publicidad que tienen como finalidad abrirte el bolsillo y hacerte soltar la pasta por cosas que a veces (pocas) tienen algún sentido y otras (la mayoría) no lo tienen del todo. Por si te has preguntado qué quiere decir todo esto, aquí va una recopilación de términos que deberías conocer.
Ayurveda
Es el nombre que recibe la medicina tradicional india, que tiene como objetivo la unificación de cuerpo, mente y espíritu para tratar la salud como un conjunto de las tres cosas, enlazando con la teoría de lo holístico de la que ya os hablábamos en Vitónica recientemente.
Quienes practican este tipo de medicina lo hacen principalmente a través de dietas y preparados de plantas medicinales haciendo hincapié en el uso del cuerpo, la mente y el espíritu para prevenir y tratar enfermedades: la base es equilibrar cuerpo y mente para que se curen a sí mismos.
Actualmente existe cierta controversia puesto que la medicina ayurvédica no solo no ha demostrado su funcionamiento con evidencias científicas, sino que varios estudios han demostrado que muchos compuestos de hierbas ayurvédicas que se pueden adquirir por internet contienen niveles peligrosos de metales tóxicos como el plomo, el mercurio o el arsénico.
Biológico o ecológico
Cuando hablamos de agricultura o de alimentos, ecológico y biológico son sinónimos. Se utilizan para designar a aquellos productos que cumplen tres características: 1) no han sido tratados con pesticidas u otros productos químicos sintetizados en un laboratorio, 2) han sido cultivados respetando los ciclos propios de la naturaleza y 3) no han sido modificados genéticamente (no son transgénicos). Se trata de una denominación regulada, es decir, que cualquier producto publicitado como ecológico o biológico debe cumplir obligatoriamente estos requisitos.
¿Quiere esto decir que son mejores? Pues todo apunta a que no. De hecho, un estudio publicado en la revista Nature concluía que no solo no son necesariamente mejores en cuanto a sabor o propiedades nutricionales, sino que además la agricultura ecológica es menos eficiente y no reduce las emisiones de CO2, principal motivo por el que mucha gente está dispuesta a pagar el precio añadido que tienen estos productos.
Tradicional y milenario
La OMS define como medicina tradicional "la suma total de conocimientos, habilidades y prácticas basados en teorías, creencias y experiencias oriundos de las diferentes culturas, sean o no explicables, y usados en el mantenimiento de la salud, así como en la prevención, diagnosis o tratamiento de las enfermedades físicas o mentales."
Pero cuando lo de "tradicional" lo escuchamos aplicándolo a nuevas terapias o dietas con un componente de exotismo y aumentando la cifra del precio final... lo más sabio es desconfiar. Porque tradicional, igual que "milenario", se utiliza para adornar aquello cuyo efecto no ha sido demostrado científicamente y ni siquiera es fácil de definir con precisión.
Alternativa
Se considera medicina alternativa o terapia alternativa toda aquella que asegura tener un efecto sanador similar al de la medicina pero que ha sido incapaz de demostrarlo siguiendo el método científico basado en evidencias.
Incluye un amplio rango de postulados, desde la homeopatía a la acupuntura y desde la bioneuroemoción hasta la apiterapia. La mayoría de las veces sus defensores se escudan en su supuesta inocuidad: quizá no curen, pero tampoco dañan, así que ¿qué mal hay en utilizarlas? Pero este es un argumento lleno de trampas.
Por un lado, algunas de esas terapias sí pueden resultar muy dañinas: la quiropraxia puede causar graves lesiones en la médula espinal, ya que se basa en la manipulación de la columna vertebral, y la apicultura, en la que el paciente es picado por avispas o abejas puede resultar fatal si el paciente desarrolla una repentina reacción alérgica. Algunas, como la bioneuroemoción, tienen una estructura de auténtica secta que pueden causar un enorme daño emocional a pacientes y familias.
Por otro, las pseudoterapias puede apartar a los pacientes de las terapias médicas que sí han demostrado su eficacia, retrasando y dificultando su tratamiento.
De forma que recuerda: la medicina alternativa que ha demostrado su eficacia se llama simplemente medicina.
Complementaria
Cuando los defensores de las terapias alternativas se topan con el argumento difícil de rebatir de la falta de evidencias científicas, a menudo consideran replantear su postura: quizá estas pseudoterapias no sirvan para sustituir a la medicina, pero sí podrían acompañarla. En este caso, su función ya no será la de curar al paciente, sino la de mejorar su calidad de vida.
Se trata de un argumento de nuevo tramposo, porque por un lado algunas pseudoterapias, como la acupuntura, han demostrado tener un efecto positivo mejorando problemas relacionados con el dolor, mareos o malestar general. Pero por otro esas pseudoterapias no han demostrado tener un efecto más allá del placebo, y por eso su efecto se reduce principalmente al dolor y el malestar, que son sensaciones subjetivas donde el estado mental del paciente tiene una mayor influencia.
De nuevo, utilizar pseudoterapias como complemento de un tratamiento médico puede ser algo benigno, siempre que la pseudoterapia en cuestión lo sea. Pero no hay que olvidar que no deben sustituir a la medicina oficial y que en el ratio entre el precio y la eficacia, el paciente sale claramente perdiendo.
Imágenes | Unsplash
En Vitónica | Profesionales de la salud, ¿de quién te puedes fiar y quién te está intentando timar?
Ver todos los comentarios en https://www.vitonica.com
VER 1 Comentario