¡ATENCION JEFES! Si queréis que vuestros trabajadores sean más productivos, no tenéis más que apuntarles a un gimnasio. Se ha demostrado que un entrenamiento de alta intensidad a la hora de la comida es perfecto para acabar con ese bajón que a la hora de la siesta no ataca a todos.
El estudio demuestra que cuantos más músculos del cuerpo trabajen a una alta intensidad y al mismo tiempo mayor cantidad de adrenalina y testosterona producirá nuestro cuerpo y por lo tanto los resultados serán mayores.
La adrenalina y la testosterona son las mejores aliadas en los momentos de máxima presión, y valernos de ellas nos ayudará a trabajar con mayor intensidad. Si logramos combinar movimientos corporales complejos con pausas mínimas nuestros niveles de producción de estos elementos se incrementarán y serán beneficiosos para nuestro organismo.
Los empleados que llevan a cabo ejercicios físicos a lo largo de la hora de comer notan la mitad de somnolencia que los trabajadores que caen en el sedentarismo, y además, los que se ejercitan rinden mucho más que sus compañeros inactivos.
Además, la práctica habitual de ejercicio provoca una menor pérdida de tejido cerebral según van envejeciendo. Y es que ya sabeis lo que dicen, “mens sana in corpore sano”.